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La furia lírica de Residente que resiste a Calle 13

Casi 7.000 personas llenaron una nueva noche de Icónica Santalucía Sevilla Fest para disfrutar de la gira 'Las letras ya no importan tour'

Las imágenes del concierto de Residente en Icónica Santalucía Sevilla Fest

Las imágenes del concierto de Residente en Icónica / Juan Carlos Muñoz

A uno puede gustarle más la faceta cumbia. A otro la de las rimas sin pudor. A otro la de los versos que lloran una tierra. Y a otro la de los enamorados que harían las maletas para perderse en una isla sin mirar atrás. Alguno puede tener el día de perrear hasta el piso tirando de nostalgia y al día siguiente ponerse el cuchillo en la boca para denunciar prácticamente cualquier situación. De los conflictos bélicos a la corrupción. Temas desgraciadamente universales. En cualquier caso, todas estas personalidades confluyen en una: la de Residente. Ex vocalista del afamadísimo grupo Calle 13 que protagonizó anoche una nueva velada de Icónica Santalucía Sevilla Fest ante más de 7.000 almas que fueron mudando sus pieles a gusto del protagonista.

Rozando las 22:30 horas -media hora más tarde de lo previsto- sonaron los primeros rasgueos del violonchelo. Expectación palpable. Seis músicos y una corista sobre el escenario. Y si hay artistas que juegan la carta de dejar sus mayores éxitos para el final -la apuesta más común- lo de René Pérez Joglar (San Juan, Puerto Rico, 45 años) nunca ha sido seguir las normas. Lo demuestran las composiciones que coronan más de dos décadas de carrera y la selección del repertorio. Así que cuando la violonchelista tocó los inconfundibles primeros acordes de El baile de los pobres, el puertorriqueño se metió a un cuarto de los asistentes en el bolsillo sin mucho esfuerzo. Imagínese lo que pasó cuando los seguidores de Calle 13 vieron cómo el artista enlazaba con soltura este tema con Nadie como tú, Cumbia, Atrévete y como colofón del popurrí introductorio El aguante. Efectivamente, toda la Plaza de España rendida a sus pies.

Entre canción y canción hubo de todo. Solos de batería. Juegos de luces no aptos para personas fotosensibles. Movimientos de cámara de un lado a otro. Y, por supuesto, las primeras denuncias. No es nuevo que Residente no se deja amilanar, así que aplaudió la "educación pública, gratuita y de calidad", invitó a "abrazar" al asistente de al lado como si de una eucaristía se tratara y pidió guardar los móviles en el bolsillo. Aplauso bien fuerte, porque qué lejos quedan esos conciertos en los que uno no tenía que ver el escenario a través de la pantalla del de delante.

"Que bonita es Sevilla. Mi hijo se fue a descubrirla, pero yo no pude porque estoy enfermo", explicó el puertorriqueño antes de cantar la maravillosa Muerte en Hawaii. En algunos momentos de esta canción -y de las siguientes- trató de luchar -cual explorador en la selva- contra los mosquitos que inundan la ciudad por el sofocante calor y la humedad. Y del "Por ti, todo lo que hago lo hago por ti" al "Dame la mano y vamos a darle la vuelta al mundo". Un verdadero repaso por los orígenes del artista, por sus temas más sonados y queridos. "Siempre en mi vida he asumido el riesgo, aunque no es tan arriesgado cuando haces lo que te gusta", señaló Residente.

Las imágenes del concierto de Residente en Icónica / Juan Carlos Muñoz

Las reflexiones se fueron mezclando con anécdotas. Recordó cuando viajó 11 horas en lancha para presentar Ojos color sol "a un maestro y tenía que estar preparado". Composición que canta junto a Silvio Rodríguez, dos de los principales exponentes de la canción latinoamericana unidos para recitar que "La Luna sale a caminar, siguiendo tus pupilas, / La noche brilla original después que tú la miras". Casi nada.

La lucha contra los mosquitos -un bote de Relec a mano, por favor- se hizo evidente en algún que otro incómodo momento para el cantante. Sin embargo, no le impidió encarar una de las canciones más complicadas de la noche: René. No solo por a la complejidad vocal sino por los temas que aborda. Siete minutos de dura autobiografía, que podrían "haberse alargado hasta la media hora", en los que aborda una infancia humilde, los envites de la fama, el desgaste de la salud mental y la soledad. Cuando acabó esta confesión, abrió los ojos para mirar a una Plaza de España aguantando el tipo. El artista, visiblemente emocionado. Los asistentes, evidentemente sobrecogidos.

Y "de un tema difícil a otro complicadísimo". Era cuestión de tiempo que el cantante mencionara la guerra de Gaza y la situación que sufre Palestina. "Es increíble que esté pasando esto y que haya gente que lo defienda. Nuestro deber es educar a nuestros hijos para que sepan que hay un mundo que defender para sea mejor", apostilló antes de cantar Guerra.

Las imágenes del concierto de Residente en Icónica / Juan Carlos Muñoz

De un continente a, literalmente, otro. "América no es Estados Unidos, sino todo el continente", exclamó antes de dedicar dos de sus mejores composiciones -This is not war y Latinoamérica- a una tierra que siempre ha defendido con orgullo. Señalando sin rubor a los que la maltratan. Muchos pensaban que poco se podía hacer para superar el clímax hasta que apareció Zatu El ingeniero en el escenario para cantar Yo no sé pero sé, la última composición que comparten y que destila flow latinoandaluz en cada barra.

Y llegamos a la recta final con Chulin Culin Chunfly, El futuro es nuestro y -como no- Portarnos mal. La fiesta se desató en la Plaza de España con bailes, con pogos, con brazos en alto, con banderas de Andalucía, de Palestina y del Orgullo ondeando bien alto. Estallido de reivindicación y alegría. Nostalgia, derroche y gamberrismo a partes iguales. Pero también denuncia y toma de conciencia. Porque mapa solo hay uno y cada uno debe saber dónde ubicarse.

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