Festival de Mérida

'Golfus de Roma': esta noche toca comedia

  • Carlos Latre protagoniza en el Festival de Mérida, hasta el 8 de agosto, una ambiciosa versión del musical de Sondheim planteada como un homenaje al mundo del 'clown' y el circo

Una escena de 'Golfus de Roma'.

Una escena de 'Golfus de Roma'. / Jero Morales

"No hay nada trágico. Si es cómico, es mejor", se canta al principio de Golfus de Roma, uno de los musicales más emblemáticos de la escena y también de la historia del cine que, ahora, hasta el 8 de agosto, desembarca en el Festival de Teatro Clásico de Mérida en una ambiciosa producción liderada por el popular Carlos Latre, en el papel del pícaro y encantador Pseudolus, con una estética circense y el sano y necesario propósito de recuperar la sonrisa, incluso la carcajada, en una realidad que en el último año ha convivido forzosamente con el drama.

Lo recordaba Latre el martes, cuando presentó este montaje a la prensa: que, como decía Chaplin, un día sin reír era un día perdido, y esta propuesta en la que se han aliado el Festival de Mérida y la productora Focus pone los medios para que el público recupere el buen ánimo. Una veintena de artistas, actores y músicos que intercambian sus papeles a menudo, recurren al modus operandi del clown y el desenfado del circo. Y con ese espíritu despliegan la disparatada trama que escribieron Burt Shevelove y Larry Gelbart, inspirándose en las obras de Plauto: el enredo en el que se mete Pseudolus, el esclavo más mentiroso de toda Roma, para conquistar su libertad, una meta que buscará con las artimañas más insospechadas.

Carlos Latre interpreta a Pseudolus. Carlos Latre interpreta a Pseudolus.

Carlos Latre interpreta a Pseudolus. / Jero Morales / Festival de Mérida

Una casa respetable y otra en la que se comercia con cortesanas serán los escenarios de amores inconvenientes y pasiones desatadas. Pseudolus ayudará a Eros, el pánfilo hijo de su amo, a ganarse el amor de Philia.... pero Philia no es libre, pertenece a M. Lycus y ésta la ha vendido al general Miles Gloriosus. Los elementos para poner en práctica la matemática de la comedia: suplantaciones, equívocos, incursiones en el travestismo, ritos funerarios donde alguien finge ser el muerto, fórmulas magistrales que necesitan el sudor de una yegua o parentescos inesperados que el destino guardaba en secreto se suceden sobre el escenario del Teatro Romano de Mérida animados por la vibrante partitura de Stephen Sondheim. No en vano la obra original se titula A Funny Thing Happened on the Way to the Forum (Algo divertido pasó en el camino al Foro). Aquí ocurre de todo, y todo es delirante, festivo, gozoso.

Latre, que hereda un personaje que en el cine (y sobre las tablas) defendió Zero Mostel, y al que posteriormente han dado una nueva vida otros actores como Javier Gurruchaga, Whoopi Goldberg o Nathan Lane, supera con nota el desafío más importante de su carrera hasta la fecha. Aunque puntualmente deja caer alguna imitación –de Juan Carlos I o Boris Izaguirre– para contentar a sus admiradores, no se puede decir que el cómico haya ido a lo fácil, y se nota que se ha preparado a fondo para meterse en la piel de Pseudolus, ese embaucador capaz de manipular a todo el que tiene a su lado al que Latre dota de calidez y encanto. Le respalda una compañía de estupendos profesionales, algunos de ellos veteranos como Oriolo o Eva Diago.

Aquí, como cantan los personajes, "no hay nada trágico. Si es cómico, es mejor"

Daniel Anglès, un director curtido en el musical, que ha participado en algunos títulos imprescindibles como Rent, Hair, Mamma Mia! o Los Miserables, es el encargado de orquestar esta celebración gamberra y vitalista. "El teatro", ha escrito a propósito de este Golfus de Roma, "es muy poderoso: puede generar muchas sensaciones, emociones, preguntas y conflictos. Y puede generar también algo muy valioso: felicidad", apunta Anglès, que concibe esta nueva versión como "un homenaje a las compañías de cómicos que viajan por pueblos y ciudades con el único objetivo de hacer feliz a la gente, provocando la sonrisa riéndose de ellos mismos".

La compañía de 'Golfus de Roma'. La compañía de 'Golfus de Roma'.

La compañía de 'Golfus de Roma'. / Jero Morales

Golfus..., cantan los personajes durante la obra, "no va de un rey, no va de honor, va de payasos, farsas y amor". De gente corriente que se empeña en conquistar la dicha, una meta que estas noches entiende y comparte el público del Festival de Mérida. Como asegura Latre, con la pandemia se nos estaba borrando la sonrisa de la cara, y este viaje a la antigua Roma quizás sea el modo oportuno de recuperarla.

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