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Cultura

El inagotable clasicismo

  • El sello Xanadu, fundado por Don Schlitten, abre un lote de reediciones de su catálogo con protagonistas como Barry Harris, Al Cohn, Jimmy Rowles, Sam Most o Jimmy y Albert Heath.

A la sombra de los sellos discográficos más populares, la crónica del jazz también quedó escrita en una serie de marcas más modestas y, en cierto grado, olvidadas cuya labor terminó siendo crucial para dar voz a nombres en su momento desplazados por las sacudidas evolutivas del género. En una década de los 70 definida por la consolidación de alianzas con modelos del peso del rock, patrones precedentes como el hard bop seguían reclamando justificada reivindicación de un jazz de hechuras clásicas e instruidos desarrollos.

El trabajo de Don Schlitten desde mediados de los 50 del pasado siglo XX en etiquetas como Signal Records, Prestige, Cobblestone, Muse u Onyx ya había expresado su pasión por aquellas formas. Deseoso de retomar las riendas de proyectos propios, tal y como había hecho en algunas de esas marcas, Schlitten creó Xanadu Records a mediados de los 70, en un romántico gesto que guiñaba tanto a la capital del imperio mongol de Kublai Kan como al castillo de la mítica cinta de Orson Welles, Ciudadano Kane, donde su protagonista guardaba sus tesoros artísticos.

Apoyado por su esposa Nina, Schlitten no tardó en asumir casi todas las tareas de su nueva empresa: desde la producción y dirección de los registros hasta el diseño de las portadas o los textos incluidos en los créditos. Como era de esperar, su nómina de músicos resultó crucial en su crecimiento y Dexter Gordon, Art Pepper, Red Garland, Sonny Criss, Kenny Drew, Jimmy Raney, Barry Harris o Terry Gibbs estamparon firmas en las sobrias portadas de sus discos, lanzando un renovado balón de oxígeno al espíritu hard bop. La historia también fue objeto de estudio de Xanadu y sus Gold Series centraron su objetivo en las (re)ediciones protagonizadas por pesos pesados de la dimensión de Bud Powell, Coleman Hawkins o Clifford Brown, entre otros.

Cuarenta años después de su eclosión, y tras su compra por las marcas eMusic en 1999 y The Orchard en 2007, Xanadu Records vuelve al escaparate gracias a la recuperación de su fondo de catálogo: The Xanadu Master Edition Series (distribuida en España por Distrijazz) propone un lote de 25 referencias publicadas en CD y LP, supervisadas por el propio Schlitten además de remasterizadas y acompañadas por documentados libretos. Su inicial tanda de seis asoma impulsada por la autoridad de aquellos músicos que contribuyeron a darle brillo y esplendor.

La tanda la abre Kwanza (TheFirst) (1973), uno de los contados trabajos como líder del batería Albert Tootie Heath. Los hermanos Jimmy y Percy secundan su primera sesión conjunta, en formato de sexteto (Kenny Barron, Ted Dunbar y Curtis Fuller completan los créditos). Jazz dinámico y abierto a sonoridades en boga, con Barron prodigándose con el piano eléctrico y protagonizando un tema extra en piano solo fechado en 1981.

Barry Harris plays Tadd Dameron (1975) ejemplifica con más fidelidad la filosofía del sello gracias a este inspirado homenaje al legendario arreglista y compositor. El pianista Barry Harris acude a su estructura instrumental preferida junto a Gene Taylor (contrabajo) y Leroy Williams (batería) para dar forma a un trabajo acogedor, estimulado por la elocuencia concisa y precisa del líder.

Algo similar ocurre con Picture of Heath (1975) con Jimmy Heath ahora en el rol de cabecilla. El aquí saxofonista se pone a la cabeza de un cuarteto de lujo (con Barry Harris repitiendo más Sam Jones y el gran Billy Higgins) y desgrana con imaginación un sólido repertorio de propio cuño en el que se cuela una lectura con soprano del clásico Body and Soul.

El diálogo entre el saxofonista tenor Al Cohn y el piano de Jimmy Rowles plasma en Heavy Love (1977) el encuentro entre dos músicos demasiado afectados por el peso de sus coetáneos. Profesionales y escrupulosos, sus discursos se cruzan en un trabajo sin pretensiones, sincero y hospitalario, cuyo protagonismo corresponde al estándar.

Pese a que su nombre ha sido injustamente obviado por ciertos historiadores, la considerable aportación de Sam Most al instrumento en la crónica del jazz moderno bien merece la recuperación del jugoso From The Attic of My Mind (1978) donde su flauta es respaldada por Kenny Barron, George Mraz, Walter Bolden y Warren Smith.

Y el cierre de esta inicial serie corre a cargo del doble disco colectivo Night Flight To Dakar (1980), una engrasada sesión a cargo de Al Cohn, Billy Mitchell, Dolo Coker, Leroy Vinnegar y Frank Butler celebrada el 14 de marzo de 1980 en el Club Taski de Dakar (Senegal) y convertida en la primera grabación en vivo de músicos norteamericanos de jazz en África.

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