Legado y restitución de un cineasta

Concha Barquero y Alejandro Alvarado acompañan hoy en cines Avenida (19:30h) la presentación de ‘Caja de resistencia’, su extraordinario ensayo documental sobre el cineasta ‘maldito’ Fernando Ruiz Vergara

Fernando Ruiz Vergara, a la izquierda, en una imagen de 'Caja de resistencia'.

No exageramos si decimos que Caja de resistencia es, haciendo dupla con su predecesora Descartes (2021), una de las películas más importantes de nuestro cine reciente. Y lo es en la medida en que desentierra y reconstruye la memoria y la obra de un cineasta censurado, autoexiliado y olvidado, el sevillano Fernando Ruiz Vergara (Sevilla, 1942-2011, Escalos de Baixo), a través de la prolongación fabuladora de un legado inconcluso que aquí se reformula a la luz del presente y la mirada creativa que los malagueños y también docentes Alejandro Alvarado y Concha Barquero (Pepe el andaluz) proyectan sobre él más allá de la mera documentación de hechos, testimonios y olvidos.

La de Ruiz Vergara es la historia del único cineasta español que aún permanece técnicamente censurado tras la Transición desde que los tribunales prohibieran en 1984 la circulación y exhibición de su documental Rocío (1981), crónica detallada con nombres y apellidos de los asesinatos cometidos por algunos vecinos de la localidad onubense de Almonte tras la sublevación franquista bajo la apariencia del documento antropológico sobre la popular romería religiosa.

Es también la historia de un proscrito y un maldito que se marchó a Portugal sin poder materializar ya ninguno de sus muchos proyectos cinematográficos y audiovisuales, que quedaron esbozados en el papel, rechazados por los comités de ayudas o incompletos y dispersos en archivos y cajas felizmente conservados y recuperados por sus amigos y que son ahora la base para la reconstrucción y la restitución de su impulso utópico, insumiso, político y crítico.

Si el cortometraje Descartes recuperaba de los archivos de la Filmoteca Española aquellos materiales en 16mm desechados, cortados o sin sonorizar de Rocío, en especial todos aquellos que fueron objeto de una cruenta censura en su señalamiento nominal de las víctimas, un centenar, y de los responsables de la represión franquista en Almonte, para someterlos a un fascinante extrañamiento matérico, fantasmal y sonoro (cortesía de Paloma Peñarrubia) desde su remontaje en el presente, Caja de resistencia desempolva ahora sin atisbo de nostalgia los documentos, guiones, fotografías, negativos, diarios, apuntes, esquemas, dibujos, notas de trabajo o testimonios del propio Ruiz Vergara para operar sobre ellos en una dimensión arqueológica, experimental y también espectral, haciendo dialogar (siempre a varias voces, o en contrapunto) el pasado y el presente en un palimpsesto vivo que nos lleva, a través de un leve hilo narrativo y bilingüe, de La Revolución de los Claveles de 1974 y la inmediata decepción de sus artífices e ideólogos, a las minas de wolframio de Panasqueira (también en Portugal) donde las duras condiciones de trabajo trasmutan en un viaje alucinado y digitalmente animado por sus tripas subterráneas, para reaparecer de nuevo entre los estratos de las fosas comunes donde se descubren hoy los restos anónimos de los fusilados durante y después de la Guerra Civil.

Alejandro Alvarado y Concha Barquero.

Entre medias, otros proyectos esbozados y prestados (para el primer andalucismo, también el cinematográfico, en plena efervescencia autonomista, o para el filme Las dos orillas, de Juan Sebastián Bollaín), relatos de la emigración o el retrato fragmentario del cineasta en su desigual combate mediático contra Canal Sur y la banalización del debate en torno a Rocío, o en sus últimos días de enfermedad ante la certeza de la muerte, dibujan un recorrido meándrico por la historia reciente de España y Portugal como reflejo del ocaso de las utopías sociales y políticas ante el triunfo aplastante de las dinámicas del capitalismo.

En las antípodas del filme-homenaje o de un retrato formateado para un Imprescindibles cualquiera, este ensayo documental asume la resistencia de su título, la palabra lúcida, la propia materia fílmica, la convivencia de texturas, voces y formatos, el afán tecnológico y la ética (del trabajo) de Ruiz Vergara como faro para una forma cinematográfica experimental que es a un tiempo fiel a su origen como deliberadamente libre, reflexiva e igualmente combativa respecto a las imágenes y discursos del presente.

Tras su paso por el SeFF 2024, Caja de resistencia se estrena ahora en un puñado de salas de toda España, también en el cine Avenida de Sevilla, donde podrá verse y debatirse hoy jueves a las 19:30h. en presencia de sus autores Concha Barquero y Alejandro Alvarado.

Caja de resistencia

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