Los libros en español deberían viajar mejor
CONGRESO DE LAS ACADEMIAS DE LA LENGUA ESPAÑOLA
El encuentro sobre 'La edición en español' constata que el libro en papel sigue siendo el formato favorito a ambos lados del Atlántico
El presente y los retos futuros de la publicación de libros en los países que hablan español ha ocupado este martes la mesa redonda moderada por el director de la RAE y presidente de Asale, Santiago Muñoz Machado, dentro del Congreso de Academias de la Lengua Española. El conversatorio, titulado La edición en español, ofreció visiones complementarias a cargo de algunos de los más influyentes responsables del libro en América y Europa, como Nuria Cabutí (CEO de Grupo y España de Penguin Random House) y Jesús Badenes (director de división de Libros de Grupo Planeta), que compartieron la voz de los dos gigantes editoriales con representantes de la edición independiente (Abelardo Linares del sello Renacimiento y el argentino Alejandro Katz), el corporativismo (Antonio Mª Ávila, director de la federación del Gremios de Editores de España) y las instituciones (los poeta Adolfo Castañón, secretario de la Academia Mexicana de la Lengua, y Miguel Albero, director de relaciones culturales y científicos de la AECID). Todos ellos coincidieron en señalar que es preciso fomentar los intercambios y la circulación de libros entre los propios países de América Latina ("los viajes verticales", a decir de Badenes, que lamentó que "en general los libros no viajan bien") y entre América Latina y España ("los viajes transversales").
El diplomático Miguel Albero defendió que se fomenten desde lo público las coproducciones editoriales "porque no existe un programa integral que involucre a todas las instituciones en la defensa de la edición en español, una especie de Iberedición en la línea de programas como Ibermedia".
Badenes señaló que ahora que los caminos de la distribución son distintos y los libros se han digitalizado, se ha abandonado el concepto del editor-prescriptor decimonónico que imponía cánones "para dar paso al editor democrático que tiene en cuenta la opinión de los lectores". El director de Libros de Planeta también destacó que "la gran revolución de la edición actual no es la edición electrónica (ebooks) sino el comercio electrónico (ecommerce), eso es lo que está cambiando el panorama cultural. Yo soy militante de la compra presencial, en la tienda física, creo que es lo mejor para el ecosistema cultural. En la Casa del Libro de la Gran Vía madrileña tenemos expuestos 100.000 libros, el 20% del catálogo de Planeta, y eso se hace para difundir la cultura".
Cabutí constató por su parte que el papel continúa siendo el formato favorito de los lectores en España y en América Latina, y lo es también en un 80% en los Estados Unidos. "Nuestro reto en Penguin es que las ediciones españolas lleguen a América Latina y al revés. ¿Qué más da que la capital de la edición en español sea Barcelona, Madrid, Guadalajara o Buenos Aires? Lo importante es que haya varios ámbitos donde pasan cosas y los premios literarios (Alfaguara, Planeta) también son vehículos de difusión a ambos lados del Atlántico, del mismo modo que nuestros encuentros (como FIL, Liber o el Congreso de la Lengua) son ámbitos para reflexionar sobre la lengua, promocionar a los autores y crear comunidad".
Cabutí cree que "hay que poner en valor las traducciones del español a la lengua extranjera", un asunto que interesó especialmente a Antonio Mª Ávila, que recordó que "España destaca por ser el país que más traduce de toda la Unión Europea, y detrás nuestra va Alemania".
Los convocados tuvieron tiempo también de reflexionar sobre cómo enseñar español a las máquinas y sobre el desafío del audiolibro, que plantea qué acento usar -"un locutor colombiano para un título escrito en Colombia, por ejemplo", defendió Cabutí-.
Abelardo Linares recalcó que "en España el Gobierno está de espaldas al libro, al que destina el 1% de las ayudas que concede al cine, apenas 800.000 euros". El más crítico de la mesa -"veo problemas que muestran que la sociedad ilustrada de la modernidad se está astillando en mil pedazos"-, tras defender la convivencia que durante la Edad de Plata se dio entre editores, escritores y periodistas de ambas orillas reclamó la creación en internet de una hemeroteca digital hispánica que permita acceder a publicaciones periódicas tan imprescindibles como la revista mexicana Sucesos para Todos, "donde además de A sangre y fuego se publicó La Defensa de Madrid en la única edición en vida del autor, el sevillano Manuel Chaves Nogales".
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