Crítica de teatro

La medida de lo excelente

Delicia teatral. El tiempo ha vuelto moderna esta extraña comedia de Shakespeare que se enfrenta a temas morales teniendo de telón de fondo la sexualidad.

Sobrecoge con alborozo la magnífica versión de Emilio del Valle e Isidro Timón. El verso del bardo inglés suena totalmente contemporáneo, las referencias a la actualidad están tan bien colocadas que las hacemos nuestras con toda naturalidad.

El juego de la escenografía, que por simple, se hace protagonista, el vestuario y la iluminación se adecuan como una segunda piel a la epidermis del espectáculo. Con todo, son sus intérpretes los que consiguen que esta Medida por medida se disfrute de principio a fin sin que nos demos cuenta de que han pasado sus 100 minutos.

Sería injusto celebrar a uno o una por encima de los demás. Todo suena bien en este concierto de interpretaciones selectas que nos describen la inmoralidad de los que nos gobiernan y los peligros del poder y sus leyes.

Hace tiempo que defiendo que hay que revisar todos los finales de las obras de nuestro Siglo de Oro para contribuir con la igualdad entre géneros. En esta versión se nos indica como hacerlo, sin drama, muy acertadamente.

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