Artes escénicas

Miguel Rellán, el actor que hizo lo que pudo... y mucho más

  • El intérprete recibe la Biznaga en el Festival de Málaga, estrena en el cine 'Código Emperador' y visita el Lope de Vega con 'Los asquerosos', la adaptación de la novela de Santiago Lorenzo

Miguel Rellán, en una fotografía de promoción de ‘Los asquerosos’ junto a su compañero en la obra, Secun de la Rosa.

Miguel Rellán, en una fotografía de promoción de ‘Los asquerosos’ junto a su compañero en la obra, Secun de la Rosa. / Javier Naval

Hace mucho que Miguel Rellán (Tetuán, 1943) se ganó un hueco en la memoria sentimental de los espectadores, con su larga trayectoria en teatro y sus apariciones en películas emblemáticas como El crack, El viaje a ninguna parte, El bosque animado o Amanece que no es poco. Pero el intérprete no es de los que incurre en el pecado de la nostalgia, y mantiene la ilusión de aquel actor que empezaba "y se codeaba con grandes como Fernán Gómez y Alfredo Landa cuando el pelo aún le llegaba por los hombros". Presente y futuro le sobran a este veterano que tiene mucho que contar todavía: el Festival de Málaga le entrega este viernes la Biznaga Ciudad del Paraíso, estrena este fin de semana en los cines Código Emperador, un thriller dirigido por Jorge Coira en el que acompaña a Luis Tosar, y visita el Teatro Lope de Vega de Sevilla (este sábado y domingo) con Los asquerosos, la adaptación de la novela de Santiago Lorenzo que coprotagoniza junto a Secun de la Rosa.

A Rellán le asombra aún que un equipo liderado por los dramaturgos Jordi Galcerán y Jaume Buixó y el director David Serrano hayan convertido en material teatral el libro de Lorenzo, esa "revisión de Robinson Crusoe ambientada en la España vacía", como definía la obra la editorial Blackie Books. "Cuando me hablaron del proyecto me dije: ¿Pero cómo van a hacer eso? ¡Qué gente más lista! Pero lo que han escrito Jordi y Jaume funciona como un tiro". La historia de Manuel [el personaje de Secun de la Rosa], un hombre que tras herir a un policía se esconde en un pueblo abandonado y conoce así las virtudes de la soledad y de una vida austera es, para Rellán, "una crítica a esa parte de la sociedad que es banal, estúpida, ruidosa, que va con prisas a todas partes, que se deja llevar por las modas sin criterio".

El actor, que interpreta al tío de Manuel, el interlocutor ante el que éste despliega su visión del mundo, reflexiona sobre el "ruido" que se ha instalado en "los restaurantes, en los supermercados, en los ascensores" y que ha contaminado también las relaciones personales. "Empecemos por arriba, si es que el arriba corresponde a los políticos. ¿Qué ejemplo nos dan, cuando las comparecencias del Congreso no se diferencian de lo que ocurre en una taberna? Faltan las blasfemias y los tacos, aunque más de un taco se ha oído ya", lamenta Rellán, aunque tenga clara la respuesta a la pregunta que se hace Los asquerosos: si se puede vivir solo. "No, yo creo que no, pienso que necesitamos a los otros. Para enamorarnos, para crecer, para la vida", medita.

Rellán, junto al equipo de ‘Código Emperador’ en el Festival de Málaga. Rellán,  junto al equipo de ‘Código Emperador’ en el Festival de Málaga.

Rellán, junto al equipo de ‘Código Emperador’ en el Festival de Málaga. / Daniel Pérez / Efe

El actor, de hecho, concibe su oficio como un diálogo en el que es importante de quién te rodeas. "Hace bastante tiempo que en el teatro tengo el privilegio, no de elegir, pero sí de decir que no a determinados proyectos, dependiendo de la compañía que tenga. En cine o en televisión grabas y te vas a tu casa, si trabajas con un idiota lo aguantas, pero en teatro te echas unos novios, en el apartado artístico y técnico, por dos años. Después de los ensayos, que son intensos, haces una gira por toda España y la convivencia es tremenda: comes, cenas y no te acuestas con tus compañeros de milagro", expone con ironía. Y trabajar con amigos, como le ocurre, "es una fiesta. Igual le sugiero una estupidez a David, pero esa estupidez le inspira a él otra idea. Es importante estar relajado en el proceso creativo, saber que no te van a juzgar si propones algo. Esa confianza es crucial".

"Hay mucho ruido en todos sitios. Empezando por arriba, por los políticos. El Congreso parece una taberna"

Las funciones en el Lope de Vega llevan al actor a hacer memoria, y Rellán vuelve la mirada a esos años en que estudiaba Medicina en Sevilla pero se cruzó en su camino otra vocación más fuerte. "El primer día de carrera se me sentó al lado un señor que me ofreció tabaco, Juan Carlos Sánchez, que aún es amigo, y me dijo: Cuando acabe la clase me voy a apuntar al TEU [Teatro Español Universitario]. Y yo le dije sin pensarlo: Voy contigo. Unos años después nos fuimos a Tabanque, el grupo de Joaquín Arbide, y como éramos culos inquietos acabamos fundando Esperpento, con Amparo Rubiales, Justo Ruiz, Alfonso Guerra, Pedro Álvarez-Ossorio... Todos seguimos dando la lata por ahí. Yo acabé dejando la medicina y me fui a Madrid, lo admito, un poco cansado de poner clavos, montar decorados, conducir la furgoneta y no ganar un duro", recuerda. De aquella etapa aún conserva cierto idealismo: "Algo queda, sí. Creo que el arte no cambia el mundo, pero sí puede cambiar a las personas. La poesía, el cine, la pintura, pueden pasar por encima de ti sin que te manches. Puedes convertirte en un erudito y saber cuándo murió Felipe IV o controlar la biografía de Goya, pero igual eso no te mejora. Pero si eso te llega puede transformarte, y quizá puedas ayudar a hacer el mundo un poco mejor".

Rellán recibió hace unos días el Premio San Pancracio en el Festival de Cáceres, y ahora es distinguido por el Festival de Málaga, honores que recibe con sorpresa y modestia. "El otro día, en Cáceres, pusieron un vídeo de resumen de mi trayectoria, y me dije: ¡Uf, lo que he trabajado! Alguien me enseñó mi currículum y creo que había hecho 102 películas... Aunque lo importante es la calidad, no la cantidad. Yo, en el fondo, suscribo el epitafio que Max Aub tiene en su tumba: Hice lo que pude. Pues eso".

"Alguien me enseñó mi currículum y me sorprendí. ¡Había hecho 102 películas! Pero lo importante es la calidad"

El intérprete estrenará en unas semanas, en abril, Sentimos las molestias, una serie de Movistar+ creada por Juan Cavestany y Álvaro Fernández-Armero y en la que trabaja con Antonio Resines. "El proyecto es una maravilla, pero me he llevado cierto chasco", bromea Rellán. "Siempre he querido ser director de orquesta, y sólo hay tres modos de convertirte en uno: formándote para ello, siendo un multimillonario que alquila la Filarmónica o siendo actor. Cavestany y Fernández-Armero me conocen bien y saben que soy muy melómano, cuando grabábamos Vergüenza yo les decía: Venga, no tardemos mucho, que tengo entradas para la ópera. Un día me llegaron con la historia de un director de orquesta. Yo les gritaba: ¡Bien! Pero me frustraron de inmediato, me dijeron que el papel era para Resines, y que yo sería un viejo rockero. ¡Malditos!", evoca entre risas.

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