Mito y verdad en el paisaje andaluz: la propuesta de Regina de Miguel para el CAAC

Cultura

El Centro Andaluz de Arte Contemporáneo inaugura ‘Canta una piedra’, de la artista malagueña Regina de Miguel

La muestra nos revela la dimensión mitológica, histórica y social del territorio andaluz

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Jimena Blázquez, directora del CAAC, junto a la artisa malagueña Regina de Miguel. / Alejandro Núñez

“La herida es la que hace hablar”. Esta cita de la pensadora malagueña María Zambrano le sirve a la artista Regina de Miguel (también malagueña, aunque afincada en Berlín) para construir las múltiples propuestas que contiene su exposición Canta una piedra, inaugurada este jueves 29 en el claustrón este del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Comisariada por Jimena Blázquez –directora del museo-, este proyecto se podría definir como una reflexión en torno a la riqueza histórica y a la dimensión mitológica del paisaje andaluz; por ejemplo, del río Tinto o del Parque Minero de Minas de Riotinto.

A estas ubicaciones les podríamos también extraer –quizá sea esta la palabra adecuada- un enfoque social. Es decir: a través de estas obras, que nos invitan a conocer la historia de la minería andaluza, construimos una lectura en torno a las condiciones de trabajo de los mineros o descubrimos nuevas historias acerca del movimiento obrero o los movimientos anarcosindicalistas en Andalucía. En esos parámetros se encuentra el trabajo audiovisual Nekya, una película río. Una propuesta que “va de Tartessos hasta nuestro presente”, aclaró de Miguel en la presentación de esta muestra a los medios. La película –continúa la artista- “nos lleva por esa época remota y enigmática [de la civilización tartésica], la cual es precedente de los primeros momentos de la economía global”. Como anécdota, explica Regina de Miguel, de este río onubense procedían materiales con los que se fabricaban monedas del Imperio romano. “El río Tinto es único en nuestro planeta”, apunta la artista.

En la sala donde se proyecta la película se ha colocado una escultura cuyo nombre es homónimo al de la exposición. Se trata de “la mayor escultura en cerámica realizada hasta la fecha por Regina de Miguel”. La pieza simula una “mina de tajo abierto” y representa la memoria –áspera, trágica- de la minería andaluza. En esta escultura han participado “descendientes de antiguos mineros” y también “la Escuela de Formación de Artesanos de Gelves”, aclaran. La suma de colectivos e instituciones casa con el carácter coral de esta exposición, donde convergen tantos temas, donde tantas interpretaciones y reflexiones se deducen.

El río Tinto es único en nuestro planeta”, apunta la artista

Continuando por el antiguo claustrón monástico, en uno de sus extremos, nos encontramos con una sala en la que Regina de Miguel ha predispuesto el mural La vida en Conamara II, obra que cuenta con la colaboración de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla –de nuevo la idea de suma- y en la que aparecen unas piedras obsidianas, que son rocas volcánicas, de color negro, con las que la artista trabaja habitualmente. De Miguel, con esta intervención, ha querido rendir tributo al pintor barroco Bartolomé Esteban Murillo. Cuenta la artista malagueña que el pintor tomó piedras obsidianas como material para su obra. En concreto, “para pintar escenas de la vida de Cristo” -detalla-, un conjunto de pinturas que estuvieron en el antiguo monasterio de la Cartuja y que actualmente se encuentra en París. "Me pareció un guiño bonito a la historia de este edificio", confiesa.

En el río Tinto se rindieron culto a los dioses. Es más, relata Regina de Miguel que “hay teorías” que sitúan en este lugar "el origen de actuales romerías andaluzas"

Lo telúrico, lo ancestral, la deidad, el mito. Son conceptos que se desarrollan en Sondeadora, obra que se asemeja a un altar y en la que se subraya la necesidad de vivir en comunidades, contra toda visión individualista, pues las relaciones de “interdependencia” son esenciales para construir sociedad. La idea de la obra se inspira en las tesis de la bióloga Lynn Margulis, quien defiende que “la vida no se sostiene en la autonomía, sino en relaciones dinámicas”. Sondeadora evoca una “deidad primitiva”, sostiene Regina de Miguel. La instalación podría considerarse especie de altar de culto a una diosa tartésica. Precisamente, en el río Tinto se rindieron culto a los dioses. Es más, relata Regina de Miguel que “hay teorías” que sitúan en este lugar el origen de actuales romerías andaluzas.

Una de las obras que se exponen en la muestra 'Canta una piedra'. / Alejandro Núñez

Lo cósmico es otro tema presente en la muestra. Lo vemos en una serie de grabados que tienen por título Rising Anxiety, trabajo en el que se aborda los efectos del cambio climático en nuestros paisajes. Dos novelas de los escritores Adolfo Bioy Casares y J. G. Ballard, en las que se pronostica el desastre del cambio climático, inspiran esta sala donde el mito se convierte en verdad. Donde la creencia y la poesía deja paso a la narrativa y a la verdad científica. Lo mismo sucede en la obra El último término que alcanza la vista, donde Regina de Miguel recrea una serie de icebergs que reflejan esa minúscula punta de lo que vemos en los demás. Una punta que por supuesto esconde nuestra realidad más honda y cierta. Una realidad en la que germina la depresión, el malestar. Todo aquello que no nos atrevemos a expresar, a compartir.

Canta una piedra, de Regina de Miguel, con el comisariado de Jimena Blázquez, se podrá visitar hasta el próximo año -hasta el 11 de enero de 2026- en el claustrón este del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo. Un museo que con esta muestra se convierte en “laboratorio y templo científico”. En sus pasillos el mito –la deidad, la poesía- y la verdad –la estadística, lo científico- que sugiere nuestro paisaje más cercano.

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