Muere la leyenda británica del heavy metal Ozzy Osbourne

Ha fallecido a los 76 años tras una larga lucha contra el Parkinson, apenas dos semanas después de su emotiva despedida de los escenarios

Ozzy Osbourne revela que padece párkinson

Imagen de archivo del cantante Ozzy Osbourne.
Imagen de archivo del cantante Ozzy Osbourne. / PAUL BUCK/EFE

El mundo de la música está de luto. John Michael Ozzy Osbourne ha fallecido a los 76 años, rodeado de su familia, según han confirmado medios internacionales como The Guardian y New York Post. El legendario vocalista británico, conocido mundialmente como el Príncipe de las Tinieblas y fundador de Black Sabbath, deja tras de sí un legado musical que transformó para siempre el panorama del heavy metal y el rock.

La noticia llega unas semanas después de su última aparición pública en el concierto benéfico Back to the Beginning, celebrado el pasado 5 de julio en Villa Park (Birmingham), donde, a pesar de sus limitaciones físicas, volvió a reunirse con los miembros originales de Black Sabbath. En lo que ahora se revela como su despedida de los escenarios, Osbourne actuó desde un trono debido a su reducida movilidad, consecuencia del Parkinson que le fue diagnosticado años atrás y que él mismo hizo público en enero de 2020.

Nacido el 3 de diciembre de 1948 en Marston Green, Birmingham, Osbourne encontró en la música una vía de escape tras una infancia marcada por dificultades, incluida la dislexia y experiencias traumáticas. En 1967 fundó Black Sabbath junto a Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward, banda que revolucionaría la música con temas emblemáticos como Paranoid, Iron Man y War Pigs, sentando las bases del género que definiría toda una cultura musical.

Una banda de éxito y una carrera en solitario

La vida profesional de Osbourne puede dividirse en dos grandes etapas. La primera, como miembro fundador y vocalista de Black Sabbath hasta 1979, cuando fue expulsado de la formación debido a sus graves problemas con las drogas y el alcohol. Esta crisis personal, sin embargo, daría paso a una brillante carrera en solitario bajo la dirección de Sharon Arden, quien más tarde se convertiría en su esposa y compañera de vida durante más de cuatro décadas.

Su álbum debut como solista, Blizzard of Ozz (1980), le catapultó a un éxito comercial que pocos habrían imaginado posible tras su salida de Black Sabbath. El disco incluía Crazy Train, tema que se convirtió en uno de sus himnos más reconocibles. A lo largo de su trayectoria, Osbourne vendió más de 100 millones de discos, una cifra que refleja su impacto en la industria musical.

El reconocimiento a su carrera llegó también en forma de premios y distinciones. Fue incluido en el Rock & Roll Hall of Fame en dos ocasiones: primero como miembro de Black Sabbath en 2006, y este mismo año 2025 como artista en solitario, un honor que pudo disfrutar en los últimos meses de su vida.

Lucha contra el Parkinson y despedida de los escenarios

Los últimos años de Osbourne estuvieron marcados por problemas de salud que comenzaron mucho antes del diagnóstico oficial de Parkinson. En 2003 sufrió un grave accidente con un quad que casi le cuesta la vida, y en 2019 una aparatosa caída en su domicilio agravó considerablemente su estado físico, obligándole a someterse a varias intervenciones quirúrgicas.

A pesar de estas dificultades, el músico demostró una vez más su espíritu indomable al regresar a los escenarios el pasado 5 de julio para un concierto benéfico en su Birmingham natal. El evento, titulado Back to the Beginning, reunió a los miembros originales de Black Sabbath y recaudó fondos para Cure Parkinson's, el Hospital de Niños de Birmingham y el Acorn Hospice. Esta actuación, que ahora adquiere un carácter especial como despedida definitiva, fue grabada para un documental que verá la luz en 2026.

El concierto no solo fue relevante a nivel musical, sino también familiar. Kelly Osbourne, hija del cantante, recibió una propuesta de matrimonio entre bastidores, creando un momento entrañable que la familia recordará siempre, especialmente tras producirse apenas días antes del fallecimiento del patriarca.

Más allá de la música

Aunque su aportación al heavy metal es incuestionable, la figura de Ozzy trascendió el ámbito puramente musical para convertirse en un ícono de la cultura popular. A principios de los 2000, el reality show The Osbournes permitió al público conocer la peculiar dinámica familiar del artista, junto a su esposa Sharon y sus hijos, convirtiéndoles en una de las primeras familias mediáticas de la era de la televisión moderna.

Su personalidad excéntrica, sus polémicas sobre el escenario y su imagen asociada al ocultismo y lo prohibido le valieron el apodo de Príncipe de las Tinieblas, aunque quienes le conocieron personalmente destacaban su sentido del humor y su generosidad. Las controversias, como el famoso incidente en el que mordió la cabeza de un murciélago durante un concierto en 1982, contribuyeron a forjar una leyenda que va mucho más allá de su trabajo discográfico.

Osbourne deja un vacío irreemplazable en el mundo del rock, pero también un legado familiar que continúa con su esposa Sharon, sus cinco hijos (incluidos Aimee, Kelly y Jack, los más conocidos) y varios nietos. Durante décadas, la familia Osbourne ha representado una de las sagas más reconocibles del mundo del entretenimiento, conjugando música, televisión y diversos negocios.

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