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Música
La trayectoria de Curro Ruiz incluye intensos estudios en conservatorio y una rica experiencia profesional que abarca desde bodas y comuniones hasta eventos deportivos. Ha tenido el privilegio de amenizar celebraciones para marcas reconocidas como Schweppes, Seagram’s, Ballantine’s y Beefeater, además de tocar en discotecas, restaurantes, hoteles o bodas. Su versatilidad musical promete ser un punto culminante de la celebración del 25º aniversario del Diario de Sevilla.
Comenzó a tocar con 8 años, teniendo que enfrentarse a las dificultades económicas que supone estudiar música cuando tus padres no son músicos. “Los instrumentos, el conservatorio o las clases particulares que tienes que pagarte dificultan mucho los inicios. Supone un gasto importante que muchos chicos no pueden sostener. Por ello, me siento muy afortunado por haberme podido formar de la mejor manera”, expone.
Su marca profesional se llama “Cuver Violín”, que nace como una extensión creativa del artista. inspirado por artistas americanos que subían versiones de canciones a YouTube en lugares idílicos. “Creé mi canal en 2012, pero fue en 2016 cuando comencé a hacer versiones de canciones populares y a grabar videoclips”, explica. Sin embargo, en su formación clásica en el conservatorio no encontró el espacio para estos gustos personales. “El conservatorio es muy cuadriculado; o eres profesor, o te preparas para oposiciones, o participas en una orquesta”, comenta. Fue en su etapa de estudios superiores cuando un amigo le introdujo al violín electrónico, y con ello, comenzó a explorar nuevos territorios musicales.
El entrevistado empezó a tocar en micros abiertos en varias salas, lo que le permitió soltarse y mostrar su versatilidad: “Pasé de interpretar canciones más sobrias a dar espectáculos más animados que hacían al público levantarse a bailar y cantar”. Hoy en día, su oferta musical en eventos como bodas incluye tanto temas emotivos y clásicos como los éxitos más recientes. “Me encanta sentirme parte de momentos tan especiales y contribuir a crear un ambiente de celebración que quede en el recuerdo”, asegura.
El verano de 2019 fue un punto de inflexión en la carrera de Ruiz, cuando decidió llevar su música a las calles de Sevilla. “Era un mundo desconocido, incluso la policía te podía llamar la atención, pero también me abría muchas puertas”, recuerda. Encontró su lugar en la icónica Plaza de España, donde lo que ganaba lo reinvertía en mejorar su equipo. Con la llegada del otoño, tuvo que trasladarse al parque de María Luisa, donde durante años tocó cada fin de semana junto al estanque de los patos. “No lo hacía por dinero, sino para mostrarme y que la gente me escuchara”, comenta sobre aquella etapa que tanta influencia tuvo más adelante a la hora de cumplir sus sueños.
Durante la pandemia, la situación cambió. Curro Ruiz pasaba entre cinco y seis horas diarias practicando en casa, lo que causaba molestias a sus vecinos. “Me iba al garaje y ensayaba de madrugada”, explica. Aunque la pandemia significó un freno en cuanto a su actividad laboral, no quiso perder el tiempo y aprovechó como pudo cada momento que disponía. “Cuando terminó el encierro, estaba mal de dinero, pero mentalmente y en cuanto a técnica con el violín, me sentía mejor que nunca”, afirma.
El 2023 marcó otro hito en su carrera. “Decidí salir todos los días al menos una hora y media a la calle”, cuenta, convencido de que ese compromiso lo ayudaría a seguir creciendo. Ese mismo año, grandes empresas y discotecas comenzaron a contratarlo, y su encuentro con la diseñadora e influencer Rocío Osorno, con dos millones de seguidores en Instagram, lo catapultó aún más cuando ella lo mencionó en sus redes sociales. “Aumentaron mucho mis seguidores, pero eso no es cuestión de suerte, sino del empeño por mostrarme día a día”, aclara.
Uno de los momentos más especiales para Ruiz fue su participación en los Grammy Latinos en Sevilla, donde compartió escenario con artistas de la talla de Pablo Alborán, Maluma y María Becerra. “Estar en ese ambiente con artistas que admiro fue algo que jamás hubiera imaginado cuando empecé”, confiesa.
Mirando hacia el futuro, Curro Ruiz tiene grandes proyectos en mente. “Me hace mucha ilusión diseñar mi propia línea de ropa, para que la gente pueda compartir mi proyecto de una forma distinta”, revela. Además, planea dar el salto a los conciertos en directo con espectáculos únicos. “Quiero ofrecer shows muy locos que impacten a la gente”, dice.
Sobre su próxima actuación en el aniversario del Diario de Sevilla, el músico no oculta su emoción. “Es muy especial colaborar con instituciones importantes para mi ciudad, como ya hice con el Betis o, en este caso, el Diario de Sevilla. Me sigo tomando estas oportunidades con mucha ilusión y poco a poco estoy acostumbrándome a que cuenten conmigo, lo que me hace tremendamente feliz y me anima a seguir apostando fuerte por mi proyecto musical y artístico”, afirma con gratitud. Para él, la música no solo es una profesión, sino una forma de crear recuerdos. “La música es efímera y te permite crear recuerdos a los que volver”, concluye.
Curro Ruiz ha demostrado que la constancia puede dar frutos y que hay que buscar las oportunidades y creer en uno mismo para conseguir los objetivos que uno se marque en la vida, tanto personal como profesionalmente.
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