Myke Towers en Sevilla: El príncipe del reguetón y su pantera, solos ante el peligro
Más de 16.000 personas se dan cita para disfrutar de una nueva velada de Icónica Santalucía Sevilla Fest
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Con Myke Towers pasa algo que se replica en muchos artistas del reguetón. Siempre hay alguien que dice: "yo no se que canta este hombre", a lo que algún avispado le replica: "Sí, tío, es el de [inserte éxito del verano número 1 del año 2021] y el de [inserte subéxito del verano número 2023]". El primero se da por satisfecho con la respuesta y pueden pasar dos cosas: que se contente con engrosar las reproducciones del citado cantante -que, en este caso, fue el más escuchado a nivel nacional en 2024- en el coche de camino a la playa mientras piensa en la Cruzcampo fresquita que se tomará en cuanto llegue a su destino o que decida verlo en directo. Lo segundo pasó ayer con 16.000 personas que se dieron cita para ver al artista en Icónica Santalucía Sevilla Fest.
Lo cierto es que el repertorio del puertorriqueño Michael Anthony Torres es enorme. No lo dice esta plumilla, sino los seis álbumes -con sus más de 20 temas cada uno- que ha lanzado en los últimos cinco años. Dio cuenta de ello el año pasado como cabeza de cartel de la jornada que organiza Big Sound en la Plaza de España -que esta edición protagonizan Ozuna y Abraham Mateo- y vuelve a repetir hazaña, esta vez (literalmente) solo ante el peligro. Pero no adelantemos acontecimientos.
A las 22:36 horas, la Plaza de Aníbal González se fundió a negro. Menos mal que el público, insultantemente joven, tenía preparados los flashes de sus móviles para arrojar algo de luz al enclave. Al ritmo de Reverendo apareció la gran estrella internacional subido sobre una pantera negra con ojos verdes de dimensiones gigantes. Toma ya. Sin ningún otro acompañamiento que su repertorio. El outfit: calzonas y camiseta negra con chaqueta a juego. Como complemento, un gorro -que no se quitó hasta prácticamente los últimos acordes... diablo- más propio del invierno que del verano adelantado al que ya se enfrenta la ciudad. "Sevilla, una bulla para young Mike Towers. Todos los míos con una mano arriba", saludó el cantante nada más a empezar.
Los fans se hacen con el escenario
De un plumazo comenzó a encadenar canciones en un abrir y cerrar de ojos. Pequeñas versiones de poco más de dos minutos con una velocidad de vértigo. En apenas 20 minutosventiló magistralmente Competencia, Lala, Girl y Vetements. La noche iba de mujeres. Buenas, malas o reguleras. Diosas y reinas. A ellas hizo referencia de forma constante. A las solteras, a las casadas y a las que acudieron con sus novios, novietes, ligues a disfrutar del concierto. "Este momento va a ser muy romántico así dediquenselo a sus parejas", indicó el puertorriqueño antes de cantar Pareja del año. Y, como ya saben que "el amor es un viento / que igual viene que va" pasó inmediatamente a Relación Rota. Montaña rusa emocional.

Además de Myke Towers, los protagonistas indiscutibles fueron los propios fans. A eso de las 23:00 horas subió a una seguidora al escenario -con su pancarta y todo- para rapear unos de sus himnos. Ojo, Myke que si te despistas te quita el puesto. "¿Dónde están las mujeres malas de Sevilla?", señaló el protagonista antes de cantar Ella no es tuya, que enlazó con El cielo y Diosa.
Más de 40 canciones en 100 minutos
Sin dejarse ninguna en el tintero -hasta 40 canciones entonó sin despeinarse- fue pasando por Adivino y Hora Cero. Volvió a subir a un seguidor justo después de quitarse el gorro de lana para rapear, suponemos, una canción ininteligible que, en sus versos, dice algo de "mujeres". Varias veces. Obviously. Casi mejor no saber el contenido para no ruborizarnos, que hay menores en la sala.
"En verdad, hacía un poquito de frío pero ya se siente el calor", a ver Myke... que vamos a volver a los 38 ºC en dos días. Hasta un tercer y un cuarto fan subieron al escenario. Esta conexión con el artista fue uno de los puntos que los asistentes destacaron de la velada, además del enorme repaso que hizo por su gigantesca discografía.
Rozando las 00:00 no se había dejado nada en el tintero. De las canciones más traperas a la bachata. Tocó todos los palos con soltura. Los asistentes estaban felices y enfervorecidos. Su ídolo estaba dando lo que pedían: una buena aunque pequeña -por eso del recorte en las canciones- dosis de sus éxitos. Suficiente para ir a casa con un buen sabor de boca. El colofón llegó con La curiosidad, Playa del Inglés y La falda. ¿Por pedir? Que hubiera cantado la nueva canción con Quevedo, que lleva por título Soleao. Una buena excusa para que el artista, que le ha cogido el gusto a Sevilla y la medida a Icónica Santalucía Sevilla Fest, regrese de visita.
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