"Al menos ya puedo caminar, aunque cojeo levemente"

El torero se recupera del gravísimo percance que sufrió en una faena campera

Luis Nieto

24 de mayo 2009 - 05:00

José Pedro Prados El Fundi, internado en la clínica Cemtro de Madrid, nos habla pausadamente de su gravísimo percance, sucedido el pasado 15 de mayo cuando cayó de un caballo en una faena de acoso y derribo. Como lesiones más graves, dos fisuras en el cerebro, paralización del miembro inferior derecho y rotura de un hueso del oído. Los doctores están a la espera de un escáner que le realizarán mañana lunes.

-José Pedro, ¿cómo se encuentra en estos momentos?

-Va todo despacio, pero bien. Bueno, no tan bien, no como uno quisiera. Los coágulos que tengo tienen que reabsorberse a base de medicamentos; las dos fisuras craneales parece que irán sanando poco a poco y continúo sangrando por el oído. Los médicos -el doctor Pedro Guillén, director de la clínica, y el neurocirujano Alberto Isla, quien operó hace poco a Severiano Ballesteros- dicen que eso es algo normal. Es una lesión interna que con el tiempo puede desaparecer.

-¿Qué prevén los médicos?

-Todavía están confusos. Tienen que disolverse los coágulos para despejar dudas. El lunes me hacen un escáner y podrán predecir algo, para bien o para mal.

-En cuanto a la pierna derecha, en la que había perdido la movilidad...

-Al menos ya puedo caminar, aunque cojeo levemente. Tengo la pierna más débil que la otra. No me obedece como la otra. También es verdad que hace nada no la podía mover en absoluto. Ahora tengo una ligera cojera, pero casi ando con normalidad.

-¿Recuerda cómo sucedió el percance?

-No. Recuerdo que toreaba una becerra. Luego toreé otra. La perseguía a campo abierto y nada más. Dicen que como no llegaba la ambulancia que habían pedido, me llevaron en un helicóptero al centro de Parapléjicos de Toledo, porque allí hay helipuerto. De allí me trajeron a la clínica. Me dicen algo que no recuerdo en absoluto, que estaba consciente y decía que yo seguía en el tentadero. Incluso que me movía. Pero no recuerdo nada.

-Si lo piensa ahora fríamente, ¿estará asombrado por su extraordinaria mejoría?

-No sé. Yo no veo la evolución. Estoy impaciente. Me duele la nuca. Tampoco tengo la fuerza que quiero en la pierna. Pero claro, a como lo he tenido, que no podía ni calzarme, ni mucho menos andar, hay una gran diferencia.

-¿Ha sido peor que una cornada?

-Sin duda. Habré recibido 14 ó 15 cornadas y me han roto muchos huesos. Pero en todos esos casos siempre veía la progresión. Aquí es de dentro afuera.

-Está anunciado el 30 de mayo con Urdiales y El Cid, en la corrida de Victorino en Las Ventas. ¿Estará recuperado?

-No lo sé. Me gustaría decirle algo. Sí o no. Pero hasta que los coágulos no se reabsorban es imposible prever lo que sucederá. Si el lunes me dicen que no hay lesión alguna y me responde la pierna, le aseguro que en cuatro días me pongo tan fuerte como estaba antes del percance.

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