Pedro Jiménez y Sofía Coca. Colectivo Zemos98

"Las redes sociales existen desde antes de Facebook"

  • Arranca hoy la XIII edición del Festival Zemos98, convertido ya en un espacio de referencia para la reflexión sobre la cultura en la red.

Desde hoy y hasta el próximo sábado Sevilla acoge la XIII edición del Festival Zemos98, una cita convertida en referente a la hora de tomar el pulso a la creación y gestión cultural en la red. Conferencias, debates, proyecciones y conciertos articulan su programa, que este año abandona la idea de un tema central para proponer una reflexión más amplia bajo el lema Progresa adecuadamente. Pedro Jiménez y Sofía Coca, integrantes del colectivo organizador, hablan de ello.

-¿Progresa adecuadamente Zemos98?

 

-Jiménez. La verdad es que creo que sobrevivir a toda la marea cultural que está viviendo la ciudad y conseguirlo haciendo un festival de cultura digital, por llamarlo de una manera sencilla, aunque no sea sólo eso, ya es suficiente para pensar que sí. Sobrevivimos y progresamos, pero toda esta mezcla de internet y cultura, tras trece años, nos está haciendo ver que tenemos que parar un poco. Con la crisis estamos viviendo una especia de huida hacia adelante. Lo vemos a nuestro alrededor: hay que trabajar más, hay que hacer más y más. Probablemente la crisis sea consecuencia de todo lo contrario, de haber estado haciendo tanto durante los últimos años. Ése es el marco de reflexión donde establecemos la broma sobre el progreso, el juego ambivalente de conceptos que hacemos siempre. Vemos que en los últimos años hemos crecido como festival, pero también vemos cómo han descendido los apoyos. Podemos ser muy optimistas, y de hecho lo solemos ser, pero cuando miras a tu alrededor, a los sectores más cercanos, lo que ves son despidos, festivales cada vez con más deudas, interlocutores cada vez menos válidos...

 

-Coca. La clave, creo, está en ese valor ambivalente. Por un lado planteamos la ironía que supone hablar de progreso en nuestro contexto. Por otro, hablamos de progreso en un momento en el que estamos ofreciendo menos. Se trata de algún modo de desmontar la idea de que el progreso consiste en avanzar y construir sobre una máxima. Progreso, en un periodo de austeridad importante, es también aportar la idea de que menos es más.

 

-Esa idea de parar un poco, de pensar con calma, contrasta con la naturaleza rápida de la red. Algunas de las propuestas del programa de este año también podrían leerse en ese sentido…

 

-Coca. En internet el tiempo de reflexión es escaso. El seguimiento de una palabra de moda en una red social es cuestión de horas. La reflexión sobre Libia, Siria o cualquier conflicto de una complejidad importante se limita a ese tiempo durante el cual esa palabra está de moda, por ejemplo, en Twitter.  

-Así que, de algún modo, y como anuncia el título de la conferencia inaugural, a cargo de José Luis de Vicente, Las cosas no salieron como esperábamos...

 

-Jiménez. Podría ser, pero sabemos que José Luis irá por otro lado. Se trata de ver cómo proyectos, por ejemplo la Expo92, se vendieron e instalaron en la lógica histórica como ideas conectadas al impulso económico e innovador. Sin embargo, vistas hoy se revelan como la necesidad de estar vendiendo siempre algo nuevo. En el CAS [una de las sedes del festival] vamos a poner vídeos domésticos de la Expo, y en ellos hemos encontrado mucho material en el que se habla de innovación. Los miras y los comparas con los discursos actuales y te das cuenta de que son los mismos. Si casi 20 años después, que se dice pronto, seguimos empleando esa especie de lenguaje ritual que nos lleva a la fascinación, es que algo está pasando. Hay un ejemplo que lo explica muy bien: la revolución de Second Life. Hubo un momento en el que llegó a afirmarse que Second Life era el futuro presente, la puñetera realidad alternativa que habían anunciado los cyber-punks. Todo el mundo, todas las empresas, todos los políticos... Todo estuvo en Second Life. Lo que plantea De Vicente, que es también el discurso del festival, es que hay ser críticos con esos mensajes. Ante la avalancha de información y consumo, lo que sabemos es, y lo decimos desde hace mucho, que hay que aprender a ser críticos. Críticos al leer la prensa, al leer la televisión o Twitter. Durante el proceso de trabajo del festival nos encontramos una pintada, hecha con un bote de pintura y rodillo, que dice: Se vais a comer una mierda los de internet. Nos hace mucha gracia pensar por qué alguien ha pintado eso. Y es verdad. Los de internet, incluidos nosotros, nos estamos comiendo muchas mierdas día a día: las medidas de audiencia, los ratings, tu marca en Facebook, la importancia de las redes sociales, los impactos... Estamos llevando a internet las cosas que sabemos que no han funcionado en otros ámbitos.

 

-Pero ese proceso, la invasión de la red por prácticas económicas, digamos, analógicas, era previsible. El pensamiento creativo coloniza espacios que, de mostrarse económicamente atractivos, son inmediatamente invadidos. Llevamos décadas viéndolo en la música, en el cine, en la moda, en el arte…

 

-Jiménez. Pero, en origen, la importancia de la red está en otras cosas. Lo que tenemos claro desde hace tiempo, aunque a veces pueda parecer lo contrario, es que lo importante no es la tecnología. Es algo que tenemos que hacer cada vez más evidente. Lo importante es al contacto entre personas. Es evidente que las redes sociales existen desde antes de Facebook, pero la idea contraria se instala en el discurso único con una intencionalidad: convertir internet en otra televisión. Quizás somos lo suficientemente utópicos para reclamar otra cosa que no sea eso.

 

-Coca. Partiendo de la evidencia de que era algo más o menos previsible, el papel que nosotros reclamamos es el de resistencia. No ya de un activismo puro y duro, pero sí de crear una fricción con esa inercia de asimilación de las prácticas de producción convencionales, que son las que se están extrapolando a internet.

 

-Ésa parece la idea que se lleva a la programación, que en esta edición desecha claramente el concepto de un eje temático concreto, como Zemos ya hizo con la Educación expandida o la Inteligencia colectiva.

 

-Coca. Más que sobre un tema, como ocurrió en años anteriores, hemos trabajado sobre una serie de conceptos clave que nos han ayudado a articular esa programación. Aunque eso también tiene sus riesgos. A veces empezamos a hablar de algo pensando que planteamos una cuestión nueva y cuando nos damos cuenta está en todos lados. Uno de esos conceptos era este año el de la obsolescencia programada. De repente, Televisión Española emite el documental Comprar, tirar, comprar y el tema se convierte en un fenómeno.

 

-Jiménez. El punto de partida es trabajar en tres ámbitos de investigación. Uno es la comunicación que se está dando en internet. Otro, las nuevas formas de reflexión y consumo audiovisual, que nos permite a su vez trabajar en algo para nosotros es un clave: la remezcla, cómo influye en los discursos audiovisuales actuales la idea de copiar y pegar materiales de otros. Y por último, la importancia de la educación. La alfabetización digital es la que nos puede permitir ejercer esa resistencia crítica. El estreno que haremos del documental Copiad, malditos es un buen ejemplo de la mezcla de todo esto. Se trata del primer documental que produce Televisión Española con una licencia Creative Commons, y que cuenta precisamente cómo hacer con TVE un documental copyleft. Es una excelente pieza de divulgación de cultura libre. Este tipo de proyectos son los que buscamos y programamos. Entender que comunicación y educación forman parte del mismo proceso es fundamental para nosotros.

 

-Zemos98 es un colectivo con incesante actividad en la red. ¿En qué medida sigue siendo un festival?

 

-Coca. Es una cuestión que nos hemos planteado muchas veces. ¿Nuestro proyecto está hecho para ser un festival? ¿Es de justicia que tengamos un espacio propio para programar todo el año? El cuestionamiento constante también imprime cierta naturaleza a lo que somos. Vamos a seguir haciendo lo que hacemos, sea como festival u otra cosa.

 

-Jiménez. Ya cuando empezamos, lo que hacíamos no se podía encuadrar ni en un festival de cine ni en uno de música, cortos o exposiciones. Ahora es todavía más evidente. Pero es una lógica que nos supera. Mucha gente nos verá emerger esta semana, aunque trabajamos durante todo el año.

-Zemos98 cuenta, pesa en la vida cultural de la ciudad. Incluso aparece en las promesas-propuestas electorales de Juan Espadas (PSOE) para Cultura en las próximas elecciones municipales, junto a otros festivales, como un valor que hay que mantener...

-Jiménez. Es el peso específico de llevar 13 años hablando de temas de los que previamente apenas se hablaba. Por eso nos tienen en cuenta. Aunque en realidad, ningún representante de ningún partido como tal ha visitado jamás Zemos98. Se habla sin conocimiento de causa, sin saber verdad qué es lo que haces. Maribel Montaño jamás se ha reunido con nosotros. Sólo lo hemos hecho con su directora general. Aunque he de decir que la relación ha sido buena.

-Coca. Esa tendencia responde un discurso paternalista por el que los políticos asumen que les pertenecemos. Entienden que tienen que apropiarse de las cosas para generar votos.

-Zemos98 ha sido también uno de los impulsores de la Plataforma de Festivales y Eventos de Iniciativa Privada de Sevilla, creada para para llamar la atención sobre "las desproporcionadas" ayudas a la Bienal de Arte Contemporáneo, pero con vocación ahora de ir más allá...

-Jiménez. Sí, surgió de un momento de tensión ante la Biacs, y creemos que hay que seguir manteniéndola. Es increíble, por ejemplo, que Juana de Aizpuru venga a decir que sin la Biacs Sevilla es un erial cultural y que nadie le diga que eso no es así. Además, nos dimos cuenta que la comunicación entre gestores culturales de la ciudad falla, así que decidimos que teníamos que dejar de mirar nuestras diferencias para encontrar puntos en común.

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