DIRECTO Jueves Santo en Sevilla, en directo | Semana Santa 2024

El tiempo El tiempo en Sevilla para el Jueves Santo y la Madrugada

Exposiciones

¿Qué permite el milagro del lenguaje?

  • Caixafórum Sevilla abre su temporada expositiva con 'Talking Brains', una muestra sobre el papel del cerebro en nuestra comunicación con los otros 

  • Las imágenes de la exposición

La nueva exposición de Caixaforum / Antonio Pizarro

Uno de los mayores misterios de la existencia humana es, posiblemente, ese milagro de la comunicación que llamamos lenguaje, la capacidad que nos permite comunicarnos con los otros, la fortuna de poder nombrar las cosas, proyectar nuestro pensamiento en el mundo. Una habilidad prodigiosa que heredamos por transmisión genética, que ya llevamos incorporada incluso antes de nacer, y que nos diferencia de los animales, algunos de los cuales sólo coinciden en algunos rasgos de ese fenómeno aún insondable y lleno de preguntas. Talking Brains, programados para hablar, la exposición que alberga Caixafórum Sevilla hasta el 22 de enero, se centra en las funciones lingüísticas de nuestro cerebro y explora los millones de años de evolución que han llevado hasta esa asombrosa facilidad para expresarnos, bien de forma oral o en lengua de signos.

La primera sala de la muestra revela que hay siete mil lenguas en el mundo, pero todas son, mantienen los responsables de la muestra, como un árbol frondoso que parte del mismo tronco, que comparten un único origen: la capacidad humana, ese cerebro lingüístico que les permite etiquetar y descifrar el entorno. Una instalación en esta exposición de carácter interactivo permite investigar qué recorridos han tenido diferentes lenguas como el castellano, que ha tenido una historia más expansiva y llena de cruces o mestizajes, o el vasco, "que no ha interactuado con casi nadie, que no está emparentado con las lenguas de su alrededor", apunta Josep Miquel del Campo, coordinador de Talking Brains. 

Las imágenes de la exposición interactiva “Talking Brains” Las imágenes de la exposición interactiva “Talking Brains”

Las imágenes de la exposición interactiva “Talking Brains” / A.P

En la misma estancia se analiza cómo los códigos por los que se comunican algunos animales como las abejas o los primates "no pueden llamarse lenguaje. El lenguaje humano tiene un aspecto arbitrario, por ejemplo. Un vaso no tiene una correspondencia con la palabra que lo define: ese término no tiene que ver con su forma cilíndrica, o con que sea de cristal. Pero un animal se expresa de una forma literal. En sus maneras de comunicarse, comida es comida, sexo es sexo, peligro es peligro. No hay ninguna sofisticación, es todo muy básico", argumenta el especialista.

Otra de las dependencias divulga cómo evolucionó la especie humana en este sentido. "No es fácil, porque el lenguaje no fosiliza, no deja restos. Lo podemos sospechar por los esqueletos, por los cráneos, por detalles como si esa sociedad utilizaba herramientas", prosigue Del Campo. Así, desde el australopithecus afarensis, donde las muestras parecen sugerir que sus ejemplares no hablaban, hasta el homo erectus o el neanderthal, la historia de la humanidad va avanzando. "Con toda seguridad el neanderthal tenía una lengua. Si se extinguieron sería por otro motivo, quizás por un virus", opina el investigador.

Talking Brains indaga en una cuestión en otra de las salas: no importa la procedencia de un niño, sea de la parte que sea del mundo adquirirá su control del lenguaje de la misma forma que los otros, e irá familiarizándose con los sonidos incluso antes de nacer, un fenómeno que se ilustra con la recreación de un útero y vídeos de fetos en diferentes fases de desarrollo.     

Los contenidos de la muestra van anticipando una conclusión: el cerebro es un enigma indescifrable. Gracias a la neurolingüística hoy se sabe que cuando alguien desarrolla su pensamiento y habla son muchas zonas de este órgano las que se activan, "un sistema complejo de regiones y conexiones" que se pone en marcha. "Eso hace que el lenguaje sea algo tan frágil, porque si hay un problema no se tiene una localización concreta para resolverlo fácilmente", añade Del Campo. En algún momento de la exposición, en una proyección inmersiva, se compara al cerebro con una galaxia inabarcable e inmensa. Tal es la complejidad de de esas redes por las que nos comunicamos que "un ordenador que ocupa una habitación inmensa tardó 40 minutos en procesar lo que hace el cerebro en tan sólo un segundo", cuenta el especialista.

La exposición también se acerca a colectivos con dificultades para la adquisición del lenguaje o la expresión correcta, con los ejemplos de un niño que se comunica con imágenes y emoticonos para indicar que quiere leche o tiene frío o el de un hombre que empezó a perder el vocabulario por un tumor cerebral y recuperó una parte gracias a una compleja intervención quirúrgica. Otra pantalla se detiene en pacientes con afasia, alzhéimer o esquizofrenia, enfermedades que alteran y trastornan sus modos de expresarse. 

"Nunca se había realizado una exposición sobre el cerebro centrada en sus funciones lingüísticas. El cerebro humano es un órgano lingüístico, una singularidad de la naturaleza. Es el único que puede producir lenguaje, que se forma con nosotros desde el momento que empezamos a escuchar. Al producir lenguaje, nuestro cerebro genera un sistema que va más allá de sus propios confines, definiendo el tejido de la comprensión humana como tal. Esta exposición, pues, contempla el lenguaje como objeto natural arraigado en el cerebro, inseparable de lo que somos", defienden los organizadores de la muestra. Para Moisés Roiz, director de Caixafórum Sevilla, Talking Brains conecta con el propósito que se marcan desde la entidad, "hermanar las ciencias y las humanidades en nuestras exposiciones". 

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios