El tributo a Rafael Amador llena la Cartuja en una noche inolvidable
Se agotaron las 4.000 entradas en el monasterio de la Cartuja, que registró colas impresionantes
Los organizadores del concierto en homenaje al guitarrista y cantante Rafael Amador estaban anoche pletóricos. El tributo multitudinario de la escena musical sevillana al fundador, junto a su hermano Raimundo, de la mítica banda Pata Negra atrajo a numeroso público al monasterio de la Cartuja, hasta el punto de que, como glosaba a este medio Francis Cuberos, de Música es Amor, se agotaron las 4.000 entradas puestas a la venta y cerca de 2.000 personas se quedaron sin poder entrar en la sede del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo (CAAC), cuyos accesos registraron colas impresionantes. Eufórico estaba también Gervasio Iglesias, seguidor del grupo de rock gitano que revolucionó los años 80 con su sonido mestizo y cuya productora documentó la histórica jornada disfrutada en Sevilla, que se prolongó hasta bien entrada la madrugada.
El concierto, que reunió a más de 20 primeras figuras del flamenco y el rock andaluz, entre ellos varios miembros de la estirpe Amador, comenzó con un inspirado Diego Carrasco. Entre el público, que vivió la cita como una fiesta -hubo quien no dudó en llevarse la silla de playa-, los coetáneos de Rafaelillo Amador, como Ricardo Pachón, se codeaban con numerosos jóvenes que obviamente nunca pudieron asistir a los directos de Pata Negra pero crecieron considerándola una banda de culto cuyas influencias no dejan de alcanzar a las actuales generaciones de músicos.
Aunque los artistas se sucedieron a veces sin que mediaran presentaciones, todos tuvieron palabras cariñosas no sólo para Rafaelillo Amador, sino para el resto de protagonistas de aquellos gloriosos años 80, con temas dedicados a "Silvio, que estás en los cielos" y no pocas loas a los cronistas que registraron la historia del rock andaluz, como el periodista y escritor Luis Clemente. Con artistas como Gualberto, Carmelilla Montoya, Andrés Herrera Pájaro y el grupo Storm la fiesta fue caldeándose cada vez más; las guitarras eléctricas se fueron imponiendo hasta que a medianoche la salida de Raimundo Amador provocó la apoteosis entre un público que, al cierre de esta edición, ovacionaba al jerezano Tomasito dispuesto a alargar por muchas horas la fiesta.
También te puede interesar
Lo último