Análisis

francisco andrés gallardo

López Vázquez y el miedo que no esperábamos en TVE

'La Cabina' era el terror ante la vulnerabilidad, lo vivimos ante la guerra

José Luis López Vázquez en 'La cabina'

José Luis López Vázquez en 'La cabina'

Hay que ponerse en situación. Semanas antes de la Navidad de 1972. España vivía la resignación de un régimen que no terminaba de irse, nada se movía, pero la sociedad vivía una apresurada modernización, la prosperidad. La economía y la tecnología iban por delante de la tosca política nacional. Los años 60 habían sido tan convulsos como provechosos en toda Europa. El desarrollismo traía confort pero la censura plasmaba en los medios una realidad lejana a sí misma.

En esas se estrena en TVE un mediometraje con José Luis López Vázquez. Un programa de Antonio Mercero para presentar en festivales en el que aparece un actor habitual de las carteleras pero que se había prodigado poco en Prado del Rey.

Arranca La Cabina y el público reconoce a su actor, con su carpetovetónico aspecto y se desatan las risas cuando se ve aprisionado en el cristal. Mercero, en esa breve historia sin palabras, da rienda a gags de cine cómico pero de la risa los mirones van pasando, como si fuera la vida misma, a la preocupación y al miedo.

Un ratón atrapado en La Cabina, un inocente, que podría ser cualquiera de nosotros (¿nos reconocemos ahí en las noticias de esta guerra?), y que pasa a la invisibilidad con diligencia mecánica por unos funcionarios y acaba en un cementerio de apresados. Imaginen, recuerden, el pasmo en las casas. No era una historia cómica. Era el terror ante nuestra vulnerabilidad. A ver quién se encerraba en una cabina, tan recurrentes entonces. Nadie quería ser López Vázquez y la puntera aguantó durante años las puertas. Pura sugestión. Al margen de su inmenso trabajo en el cine donde nos hizo reír y pensar, la historia de TVE se engrandece con este centenario prodigioso

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