Análisis

alberto ortega

A la búsqueda del Sandwich Singapur

Esteviernes se celebraba el Día Internacional del Sandwich, un recurso fundamental en las cocinas de cada casa. Cada ciudadano en el mundo tiene un sabor, unos ingredientes singulares para poner entre dos piezas de pan. Del recio bocata al fino emparedado de las tardes londinenses.

Entre el universo de millones de combinaciones para esta celebración hemos destacado uno de los sandwiches más originales que se pueden probar en una escapada madrileña, ciudad donde todo no es calamar frito. El restaurante Mítiko, en la zona de Cuzco, cerca del Santiago Bernabéu, propone dentro de su amplia cocina de fusión asiática un Sandwich Singapur, bao relleno de carne y verduras, coronado con huevo frito de codorniz y una mahonesa oriental de la casa. Es una muestra de la gastronomía de idas y venidas de Extremo Oriente que propone este local madrileño de decoración exquisita. Todo envuelve con estilo los platos de Mítiko.

Para los que busquen su localización, está en una avenida sevillana de Madrid, la dedicada a Sor Ángela de la Cruz. Está enclavado en una zona animada más allá del horario de oficinas, con nuevas aperturas con sabor y con sentido. Mítiko resume lo bueno de todo el Sudeste Asiático, China y Japón con una selección de recetas y versiones para un público español e internacional ávido por fusiones sorprendentes.

Junto al Sandwich Singapur también se encuentran propuestas como el char siu, cerdo laqueado, que muestra técnica y sabor. Una especialidad de la casa es el siempre sublime pato laqueado; o el pulpo frito con crema de tuétano que sorprende al comensal por este encuentro de mar y tierra. Las presentaciones niponas, que parecen ya tan habituales, tienen en Mítiko un punto de distinción como los nigiris de toro (por atún, no por el habitante de la dehesa), de vieiras gallegas con mahonesa y trufa, o de solomillo de vaca con foie y trufa; o los dim sum con carnes ibéricas y primo hermanos de Singapur, los baos de lomo, txangurro y trufa.

Y en este viaje por los confines, el encuentro nikkei de Japón y Perú con los tiraditos de pescado de presa ibérica (con el toque de lemongrass).

Cocina de fusión sin complejos y para comensales que buscan en la experiencia un encuentro rodeado de familia y amigos donde la comida es motivo (añadido o no) de conversación y donde el ambiente suma tanto como el producto, que es protagonista de la carta de este Mítiko que es tan divertido y atrevido como quiera el visitante.

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