Callejeando en el vacío

09 de noviembre 2025 - 03:13

Encierra un encanto especial el de pasear cuando el domingo va abriéndose y por esta ciudad llamada Sevilla sólo habrá gente que llega o que está a punto de salir, turistas que anhelan empaparse de cada rincón y aborígenes que se disponen a la excursión o a la cosa de sus quehaceres. Magnífico asunto el de un domingo tempranero por la desierta Judería, la de verdad, la de Levíes, Archeros y demás, con Santa María la Blanca ejerciendo de rompeolas donde los veladores se llenan de recién llegados y de excursionistas, todos desayunando con el sol viniendo joven y fuerte por Eduardo Dato sin número. También suerte de gente haciendo carrera continua por Torneo, el Parque o la Cartuja, para una explosión de turistas intentando dar con el auténtico objeto de su venida. Domingo, matinal, encantadora Sevilla vacía, como en un entrañable paseo por la nada. Incluso si esa banda sonora de las maletas rodantes se cuela en el paisaje hasta se acoge de buen grado, pero qué encanto callejear por esta suerte de vacío.

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