Balcón de Sol
Novillada pendiente de la radio
Apagados cornetas y tambores surgen los clarines para dar rienda suelta al rito del toreo. Domingo de Resurrección en Sevilla, de nuevo Morante de seda y oro en la puerta de cuadrillas y la añoranza de cómo hasta hace un cuarto de siglo un dios laico se reencontraba con Sevilla. Tras un invierno en paradero desconocido, el Faraón volvía a cubrir el tramo de Iris para llegar al patio de su casa. Veinticinco años de orfandad que palia otro mago de la orilla derecha y que también hace milagros con un toro sólo armado de un trozo de percal. Se clausuró la gran ópera urbana que Sevilla pone en sus calles y se abre el rito en el gran templo a Tauro. En vez de Amarguras, ojalá esta tarde suene Suspiros de España para acompasar una obra de arte y es que la corrida del Domingo de Resurrección en Sevilla es demasiado.
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