Tribuna Económica

Carmen Pérez

Más difícil todavía

11 de marzo 2022 - 01:50

En estos días me he acordado del circo. El "más difícil todavía" es una frase que en ese mundo se utiliza de continuo. Cuando el público está sorprendido, e incluso asustado, por la complejidad de algún número, entonces el presentador anuncia que se ejecutará, por ejemplo, sin red o con una sola mano. Así es como esperábamos ayer la toma de nuevas decisiones por el BCE. La incertidumbre es tan alta con la guerra que asistimos a un "más difícil todavía", aunque con una diferencia abismal: no trasmitió en absoluto ninguna de las sensaciones positivas con las que terminan embargando las artes circenses.

La situación preguerra ya le estaba planteando grandes dilemas al BCE. La inflación no estaba siendo transitoria, como en principio habían creído y, con un gran voluntarismo, esperado. En enero alcanzó el 5,1%, la más alta de su historia. Y con la guerra, en febrero, marcó un nuevo récord: el 5,8%. El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos, describió la cifra de inflación de febrero como "una sorpresa negativa" y pronosticó que seguirían subiendo los precios.

Al mismo tiempo, la recuperación económica preguerra estaba siendo más lenta de lo esperado. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, reconocía que "múltiples vientos en contra han enfriado la economía europea en este invierno". Entre los factores de desaceleración mencionó el sostenido aumento de la inflación, impulsada por los precios de la energía y de las materias primas, y las dificultades en las cadenas de suministro. La invasión rusa viene a agravarlo todo, aunque, parece, sin que vaya a llegarse a una situación de recesión. No obstante, la amenaza de la estanflación está presente.

¿Qué hacer ante este panorama?, ¿suspender los planes de normalización para continuar apoyando el crecimiento económico o acelerar el retiro de estímulos antes de que la inflación se desmande con el conflicto? Los posibles efectos negativos sobre la oferta y la demanda son muchos y contrapuestos. Decisivo resulta que se corte completamente, o no, el suministro del gas ruso: los halcones recuerdan que no paró de fluir ni durante la guerra fría; las palomas advierten que el PIB de la eurozona podría reducirse de un 3 a un 5%, conduciendo a la tercera recesión en dos años.

Redoble de tambores: el BCE no ha subido los tipos de interés, pero ha dado un importante paso: ha restringido su programa de compras de activo para este segundo trimestre (40.000, 30.000 y 20.000 millones de euros en abril, mayo y junio). Para después, ya se verá. Depende. Recordemos que en febrero habían planteado compras por 40.000, 30.000 y 20.000 millones en los tres próximos trimestres. ¡El miedo a la inflación se impone!

Fabio Panetta, miembro del Consejo del BCE, el pasado 28 de febrero, defendía: "sería imprudente comprometerse de antemano con los pasos futuros hasta que las consecuencias de la crisis actual sean más claras". Diez días después han visto claro que no podían "wait and see" y han actuado; para más adelante, todo queda abierto. El título de su discurso, "Pequeños pasos en un cuarto oscuro", describía perfectamente el complicadísimo número que van a protagonizar encuentro a encuentro.

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