El parqué
Jornada de avances
Preguntas sin fecha de caducidad que tienen su origen en la sesión circense del otro día en el Senado con el monclovita llevando de un ala a sus inquisidores. Y en el meollo de tales interrogantes está el papel predominante de las gafas que abarcó el protagonismo. Gafas de lujo con la incógnita de si llevarían cristales o serían como las que lucía el Diamante Rubio, conocido aplaudidor taurino del siglo pasado. Una forma de llamar la atención la del claquero granadino, pero es que tras comprobar cómo el consumado actor que polarizaba la película leía sin necesidad de los anteojos se confirma algo que se ha venido diciendo. Lo más lúcido es que obraban de sonajero con el que llamar la atención, no del tierno infante sino de unas señorías que colaboraban especialmente al brillo del espectáculo circense. Gafas de atrezo con las que el trilero distrae a la concurrencia como el encantador de serpientes que es. Qué panorama.
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