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Juanma Moreno, presidente de la Junta, se funde en un abrazo con el ex jefe del Ejecutivo y ex líder del PP Mariano Rajoy.

Juanma Moreno, presidente de la Junta, se funde en un abrazo con el ex jefe del Ejecutivo y ex líder del PP Mariano Rajoy. / Juan Carlos Muñoz

En San Telmo se decidió sacar la toma de posesión del presidente a la calle, ante la fachada monumental del palacio barroco. El acto en el exterior con la puerta de par en par pretendía simbolizar una presidencia abierta y cercana a los ciudadanos: "Quiero ser un presidente al lado de los andaluces". Con ese escenario, la ceremonia tendió paradójicamente a cierta grandeur excesiva que Juanma Moreno tiñó de andalucismo: "Un nuevo orgullo andaluz", "tengo una fe absoluta en Andalucía y los andaluces", "el mundo sería mejor si fuese un poquito más andaluz", y así frase tras frase, para destacar que "los jóvenes andaluces son protagonistas en la recuperación de este andalucismo orgulloso": "Hay una nueva Andalucía que investiga, crea, innova, cuida, enseña e influye y lo hace en andaluz, con el poderío y la riqueza de nuestro acento". Después parafraseó a Carlos Cano: "Andalucía es un proyecto de vida en el que se puede ser feliz". Uno de los éxitos de este PP ha sido disputar el andalucismo a la izquierda. Los cualitativos de los sondeos revelan que los andaluces creen que el PP es su mayor baluarte ahora; y sin duda las alianzas de socialistas con nacionalistas e indepes han contribuido. Durante años, el PSOE se vendía como el partido que más se parecía a Andalucía; y Moreno les ha arrebatado esas credenciales.

El presidente tiró de orgullo, y el propio acto, mareante bajo la fachada palaciega del viejo edificio para Mareantes, parecía impresionar a la aristocracia del PP tanto como la mayoría absoluta del barón andaluz. Eso sí, al terminar, como Feijóo con gesto de este-es-mi-PP frente a "el Gobierno más dividido de la democracia española", dieron estopa a Sánchez, que a su vez había convocado una ejecutiva en Ferraz donde dio estopa al PP. El Gobierno, de hecho, sólo estuvo representado por Luis Planas –siempre afable y lúcido– al que le tocó el papelón de hablar de "mano tendida" en ese fuego cruzado. Moncloa, reduciendo la representación al titular de Agricultura y vetando a otros ministros andaluces, también enviaba un mensaje. Buenas palabras pero se adivina un año de confrontación.

Tal vez éste vaya a ser el día más feliz de la legislatura, si no el único día feliz de la legislatura. Hoy mismo se harán las llamadas para conformar Gobierno, con plan B y plan C en algunas consejerías clave, porque no es fácil atraer talento a la política, una actividad áspera y mal pagada. La mayoría absoluta, lejos de un horizonte apacible, va a tener que gestionar tiempos difíciles.

Más consejerías

En el Gobierno andaluz habrá dos o tres consejerías más. Supone una rectificación en toda regla. En 2019 hicieron un Gobierno reducido, pactado con Ciudadanos, para simbolizar la austeridad del cambio. Ahora se enmiendan a sí mismos. Mejor así. Cuando has cometido un error, más vale admitirlo y rectificar que perseverar. No tiene sentido que haya macroconsejerías ni competencias mal estructuradas. Ahora bien, la racionalización eficiente debería hacerse manteniendo la lógica de la austeridad y controlando el número de altos cargos.

La elegancia de Ciudadanos

Juan Marín estuvo sentado junto a Juanma Moreno en el debate de investidura. Hasta el final. El presidente desveló que le ha ofrecido continuar en el Gobierno; y Marín ha contado que quiere ser fiel a su proyecto. Ha callado muchas bocas que vaticinaban una salida oportunista. Ciudadanos sale del Gobierno sin ningún aspaviento. Han agotado su tiempo con discreción y elegancia.

Gobierno del Impulso

Elías Bendodo se ha despedido dejando acuñada la etiqueta del nuevo gabinete: del Gobierno del Cambio al Gobierno del Impulso. En el discurso de investidura, Moreno comprometió la rebaja fiscal, otro decreto ley de simplificación administrativa, la Oficina de Calidad y Simplificación Normativa, Plan de Humanización del Sistema Sanitario Público, Alianza por la Industria, Alianza por el Hidrógeno, Plan andaluz de Familias, Plan Estratégico para la Igualdad, Plan Estratégico del Trabajo Autónomo, Estrategia de Recursos Humanos de la Administración General de la Junta de Andalucía 2022-2030, primer Decreto de Pesca de aguas interiores, y un puñado de leyes –curados también de la tentación de no legislar– como la Ley de Familias, Ley de Fomento de la Producción Ecológica, Ley de los Derechos y la Atención a las Personas con Discapacidad, Ley de la Atención Infantil Temprana, Ley de Flamenco, Ley de la Juventud, Ley de Economía Circular, La Ley de Función Pública, Ley Digital, Ley de creación de los Cuerpos Superior y Técnico de Intervención y Auditoría, Ley de Policías Locales... Todo eso requiere, desde luego, un Gobierno del Impulso. Sugerencia: coloquen la lista completa en una pizarra en San Telmo –y también en el portal de transparencia– para ir marcando los objetivos cumplidos. De eso se examinarán en 2026.

Financiación

El jueves, Moreno visita La Moncloa. La legislatura anterior tardó Pedro Sánchez casi 850 días en recibirlo, más de dos años; y esta vez apenas una semana. Parece que a Sánchez le conviene ahora recibir a los presidentes autonómicos, visto el castigo en los sondeos por su trato preferente con Cataluña y Euskadi. Lo de Bildu, más allá de Esquerra, ha pasado factura a Lastra. Pero esto no va de gestos, sino de hechos. Y la financiación es clave. En el debate de investidura, Inma Nieto le tomó prestado a María Jesús Montero un argumento contra el presidente andaluz, diciéndole que empiece por poner de acuerdo a los presidentes del PP. Con qué facilidad arraigan los argumentos huecos. Poner de acuerdo a las comunidades no es misión de un presidente autonómico, sino del presidente del Gobierno y la ministra de Hacienda. Y todo indica que van a fracasar por dejación.

María Jesús Montero, al alza

Es poco probable que María Jesús Montero vaya a comprometerse con las demandas andaluzas de financiación, que ella lideró en el pasado, ahora que se refuerza su perfil orgánico. Sin ser una mujer de partido, se ha hecho con el nº 2 del PSOE, la vicesecretaría general, el puesto que tuvieron lugartenientes como Alfonso Guerra o Pepiño Blanco. Entra en el núcleo duro de estrategia de Sánchez. Es un premio lógico a su compromiso con los intereses del partido, que ella no va a comprometer anteponiendo los intereses generales como ministra de Hacienda.

Por Andalucía

Por Andalucía nació mal. Y no sólo por inscribirse tarde. Podemos llevó la negociación al límite, y en IU cedieron para que el proyecto de Yolanda Díaz no arrancara con una ruptura. Ahora en Podemos premian a su negociadora, Lilith Verstrynge, dándole la Secretaría de Estado que tenía Enrique Santiago, secretario general del PCE favorable al proyecto Sumar de Yolanda Díaz. Toni Valero escribía en su cuenta de Twitter, citando el evangelio de San Mateo, "por sus obras los conoceréis" (Mt 7:16). Unidas Podemos es algo ya kaputt, aunque el poder disfrazará la cosa por unos meses. Después irán a una guerra sin cuartel.

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