Sin Isco, la vida es menos confortable

Apagado el sueño de la Champions, pensemos en el 28-M polaco y evitemos por todos los medios los daños colaterales. Y dicho lo cual, convengamos en algo archidemostrado y es que la vida sin Isco es muchísimo menos confortable. Una vez más, la ausencia del mago malagueño fue fundamental para que el rendimiento del Betis fuese perdiendo nivel, pero es algo tan palmario que para qué vamos a seguir redundando en la cosa.

Hubo dos Betis, o tres, muy distintos en Vallecas, pues el timorato que se ahogaba en la presión rayista y que contó con el hándicap de que Adrián no tuviese su tarde más afortunada, con dos pelotazos y ganando la mayoría de los duelos, la pelea se iba decantando a favor del Rayo, que se iba al descanso con la pelea claramente a su favor. Un dos a cero que parecía poner una losa en las espaldas del Betis, pero que un inicio fulgurante en la segunda parte volcó aquello.

Fue un Betis más parecido al habitual, se agigantó la figura de Isco y un toque a rebato de Cucho Hernández metía a su equipo en el partido para que en un cuarto de hora aquello se pusiese en tablas y con la impresión de que se podía repetir la faena de otros campos madrileños, la de darle la vuelta al partido. No fue así y quizá tuviese mucho que ver conque todo se quedase en el premio menor del empate la sustitución de Isco por Lo Celso y es que resulta tan crucial el costasoleño...

Y ahora, ¿qué? Pues ahora y viendo cómo queda la cosa, con la Champions prácticamente como una misión imposible, sólo queda centrarse en el cercano futuro que se fía para el 28 de mayo en una localidad polaca. Se trata de evitar daños colaterales y de guardar como oro en paño los valores imprescindibles, Isco a la cabeza seguido de los centrales. Pero tampoco es cuestión de perder el ritmo competitivo siempre y cuando no se olvide que el horizonte se traza en Polonia.