El parqué
Jaime Sicilia
Quinta sesión en verde
Inicié la carrera en la facultad de Medicina en la Universidad de Sevilla en el año 1989. Por aquel entonces, las mujeres representábamos aproximadamente el 50 % de nuestra promoción, siendo la nota de corte para acceder a la Facultad un 8’25 sobre 10 puntos. En la actualidad, mi segunda hija accedió en 2022 en esta misma Facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla con una puntuación de 13,51 sobre 14 y en su clase, el 85%-90 son chicas. Según las estadísticas, el sector salud se trata de un sistema feminizado,en el que el porcentaje global de mujeres frente a hombres supera el 55%. Esto quiere decir que 798.400 mujeres (enfermeras, médicas, auxiliares, técnicos de laboratorio, etc)ocupan este sector según el Boletín Estadístico del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas.
En los últimos años se constata un proceso de feminización en la profesión médica ya que ha crecido tanto el número de mujeres que estudian esta profesión como el número de mujeres que la ejercen. Según los Colegios Oficiales de Médicos y el INE, la sanidad española está entre las más feminizadas pues prácticamente la mitad del personal médico del SNS (49,77%) son mujeres y de ellas, el 79% se concentra en la división de enfermería. Algo similar sucede entre las auxiliares, e incluso en algunos servicios técnicos sanitarios también empiezan a ser mayoría las mujeres.
Esto no siempre fue así. Aunque las mujeres tradicionalmente han estado presentes en el sector salud, hasta hace poco lo habían hecho en las categorías de menor responsabilidad, mientras en los puestos de mayor nivel profesional era habitual encontrar hombres. Durante cientos de años, las mujeres han realizado una labor poco o nada reconocida pero impagable dentro de la sanidad española, sin que sus nombres aparezcan en los libros de Historia. Tampoco han conseguido ocupar fácilmente cargos de responsabilidad ni ser reconocidas como el motor del sistema de salud. Médicas, enfermeras, farmacéuticas y científicas españolas han sido invisibles en muchas ocasiones, pero fueron ellas quienes abrieron el camino a las mujeres que hoy en día sustentamos la Sanidad. Sigue existiendo el llamado “techo de cristal”, pero cada vez más mujeres lideran el sector sanitario en España.
El futuro inmediato se presenta con una creciente feminización de la Sanidad pues se presentan más mujeres al MIR, y aprueban más porque en la facultad son más numerosas y con mejores calificaciones. La feminización de los servicios sanitarios es un reflejo de lo que está sucediendo en general en todas las universidades. “Más y mejores”.
Desde que en las facultades públicas de Medicina se ingresa por estrictos méritos académicos, la presencia de mujeres en las relacionadas con la Salud, y en concreto en la de Medicina, no ha hecho más que crecer.
La otra cara de la moneda es que la presencia porcentual mayoritaria femenina no es similar en todos los niveles de salud, ya que decrece a medida que se asciende en la escala piramidal de dirección y de responsabilidad. También es desigual la presencia femenina por especialidades, existiendo un desequilibrio, a favor de los varones, cuando se trata del acceso a los puestos directivos y de mayor responsabilidad. Los puestos en las altas esferas estén ocupadas por personas de mayor edad, generalmente varones.
Otra cuestión a tener en cuenta es el impacto de la natalidad y las consecuencias de la maternidad como cuidadora; la responsabilidad permanente de los hijos y el cuidado de los mayores que hace que durante unos años se ralenticen sus carreras profesionales, resultando prácticamente imposible poder realizar jornadas maratonianas debido a esas responsabilidades.
Las mujeres del sector salud seguimos teniendo dificultades para conciliar la vida laboral con la familiar, como ha sido mi caso, con tres hijos en el mundo y varios puestos de alta Direccion en el Sistema Sanitario Público Andaluz, durante seis años.
Esta cuestión es de vital importancia para nuestra sociedad en general y en concreto para el sector sanitario, sector cada vez más feminizado y que tendrá que hacer frente al aluvión de jubilaciones que se prevé en los próximos años lo que conllevará a una demanda aún mayor de la mujer en todas las especialidades. Es una cuestión de toda la sociedad; se tendrá que abordar con seriedad la conciliación para que las profesionales sanitarias no tengan que hacer un parón laboral que lastre su carrera profesional y que vaya en detrimento de la calidad asistencial de nuestro sistema de salud.
En mi opinión, no se trata de una cuestión de “genero” sino de la excelencia del personal que conforma nuestro sector. No es un tema de igualdad o no igualdad.
El hecho de la feminización de la profesión médica en sí mismo no es malo ni bueno, sino analizable para tomar decisiones en función de la eficiencia del propio sistema sanitario. ¿Qué cambios se producirán en el ámbito sanitario? ¿seremos nosotras quienes no adaptemos al sistema vigente o viceversa? ¿cómo se conciliará la vida familiar? ¿cómo se gestionará la baja maternal y paternal?. Cómo conseguirán las mujeres que su carrera profesional no se detenga cuando, por decisión propia, decidan hacer frente a sus responsabilidades familiares? La excelencia de nuestro sistema de salud va a depender de su capacidad para hacer frente a cuestiones que sí son realmente cuestiones de género.
La Dra. María Jesús Pareja es presidenta de la división de Andalucia, Ceuta y Melilla de la Sociedad Española de Anatomia Patológica, y patóloga en la Sección de Patología Digestiva del Hospital Universitario Virgen del Rocio, en Sevilla.
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