“Barcelona posa’t guapa”
La tormenta de los cinco días en un vaso de agua (o no)
La estructura del Gobierno de coalición, las diferencias ideológicas entre PSOE y UP y la pujanza de Yolanda Díaz, claves de la crisis por la reforma laboral
La reforma sanitaria la lidera el ministro de Sanidad y la educativa el de Educación. Es Barrio Sésamo. Fácil. Así, las reformas laborales siempre las ha dirigido el ministro de Trabajo, por supuesto con la implicación de otros departamentos transversales -el de Economía y Hacienda, singularmente- y con el presidente del Gobierno muy pendiente. Como todo esto es obvio, habrá que buscar otras explicaciones a la crisis de gobierno de la semana. Y hay, al menos, tres claves que ayudan a entender lo sucedido y a anticipar lo que seguirá sucediendo durante el resto de la legislatura. Por un lado, al ser un Gobierno de coalición -el primero-, la transversalidad natural del Ejecutivo está quebrada. Nada ha de darse por supuesto. Esa realidad necesita un cosido permanente y buena voluntad. En segundo lugar, PSOE y UP representan proyectos políticos, económicos y sociales diferentes, aunque hasta ahora están siendo capaces de encontrar razonablemente puntos de encuentro. Pero históricamente la izquierda a la izquierda del PSOE ha desconfiado de los socialdemócratas, cuando no los ha combatido directamente. Y la socialdemocracia siempre ha visto a los comunistas con cuernos y rabo. Traidores a las esencias vs marxistas inmovilistas y esclerotizados. Por ahí anda el juego. Un adagio clásico sostiene que la diferencia entre la izquierda socialdemócrata y la derecha moderada son dos puntos de presión fiscal. Hoy ya no. Al menos no entre PSOE y PP. A las notables diferencias sobre cómo priorizar la política económica en tiempos de crisis se une la brecha enorme que se ha abierto en materia de derechos sociales y del entendimiento de la nueva realidad de España.
Aún hay un tercer motivo más que explica la tormenta de cinco días en el vaso de agua. Pedro Sánchez teme a Yolanda Díaz de forma diferente de la que temía a Pablo Iglesias. La ministra de Trabajo, la política mejor valorada según el CIS, es una candidata competitiva, que puede rascar votos en el espacio socialdemócrata. Básicamente, la presumible candidata del bloque de izquierdas aún por definir, ha encontrado un tono que resulta balsámico entre tanta faltón. Digamos que hace creíble un proyecto a la izquierda del PSOE, otra cosa es que sea posible. Ni el mesiánico Anguita alcanzaba esa categoría ni Pablo Iglesias parecía ser una alternativa real al PSOE. Digamos que era un candidato más de nicho. Díaz es mas transversal. Y de Iglesias temían más sus pulsos mediáticos, su capacidad desestabilizadora y ese no callarse una, que su trascendencia electoral como alternativa, pese a que obtuvo 69 diputados cuando las mareas aún hacían olas. Posiblemente con Iglesias ya habríamos escuchado alguna amenaza de ruptura del Gobierno en plena discusión sobre la reforma. De momento esta situación ha obligado a Pedro Sánchez a estar encima de la reforma laboral para no ceder espacio.
La reforma laboral será un reflejo fiel de la diversidad del Ejecutivo. Va a delimitar por un lado con el acuerdo de 50 folios firmado por los socios para constituir el Gobierno, que incluye la derogación de la reforma de Rajoy y especifica blanco sobre negro cada medida que tomarán en esta materia; y, por otro, con el pragmatismo que inocula el ejercicio del gobierno y los compromisos contraídos con Bruselas respecto a esta reforma. Este es un asunto mayor: afectará a la marcha de la economía, al futuro de las empresas y a los derechos de los trabajadores.
Casado, en cabeza
El sondeo del DYM para los periódicos del Grupo Joly publicado el miércoles sitúa al PP de Pablo Casado casi cinco puntos en intención de voto por delante del PSOE de Pedro Sánchez. Casado crece fundamentalmente por la pérdida de apoyos de Vox y porque el trasvase de votantes desde la ultraderecha le deja un saldo positivo. Si los de Abascal mantienen su representación entre 45-50 diputados y la catástrofe que acecha a Cs no les borra del mapa, igual se da una suma que, a la postre, será tan alambicada como la que sustenta al gobierno actual, pero en la derecha. El Gobierno cae por debajo de los cien diputados según la encuesta. Yolanda Díaz mantiene a UP con expectativas en el entorno de los 30-35. Díaz podría pedir lo mismo que en su día hicieron Adolfo Suárez o Julio Anguita, que también era comunista y gozaba de gran prestigio salvo el día en que se abrían las urnas: "Queredme menos pero votadme más".
Queda mucho para las elecciones y los resultandos balizarán de un lado a otro. La clave final estará entre la corteza prefrontal y el núcleo accumbens. O sea, entre la decisión racional y las emociones. Una vez que se consumió la ilusión de "Por el cambio" de 1982, el miedo ha sido el ingrediente más utilizado en las campañas electorales españolas. La próxima campaña tiene dibujados los cruces en las competencias entre las derechas y las izquierdas, primero entre sí y después entre bloques. La amígdala central y la ínsula cerebral intervienen deicidamente en las decisiones emocionales. Es el punto S, el canal de entrada para convencer a los votantes. A ver quién les dedica los más bonitos poemas de amor.
La justicia profunda
El ya célebre auto de la juez de Marbella María Belén Ureña a cuenta de la retirada de la custodia a una mujer que se llevó a su hijo a vivir a Torea, una parroquia de Muros (La Coruña), un pueblo de algo más de 8.000 habitantes, a 45 minutos de Santiago, abre un abismo sobre la consideración de la justicia respecto a lo que considera la "Galicia profunda" y por extensión, los entornos rurales. Lo curioso es que en el mismo auto hay consideraciones más contundentes que explican la decisión sin tener que meterse en ese jardín. Por ejemplo, que la madre se llevó al niño sin la autorización del padre, lo que avalaría el sentido del auto respecto al interés superior del menor, aparte de otras lindezas vía wassap que ya son del dominio público.
Pero el asunto no es si procede o no la retirada de la custodia. El tema es que si la verdad judicial tuviera en cuenta para decisiones de ese tipo la diferencia de oportunidades para un niño entre los entornos rurales y los urbanos estaría anteponiendo esa circunstancia a una consideración superior: el derecho de un hijo a estar con su madre y viceversa. O sea, justificaría la retirada de la custodia para que el hijo goce de mejores oportunidades en un entorno más desarrollado. Muy dickensiano todo. Como era de esperar, la alcaldesa de Muros se ha apresurado a afirmar que ha sido una humillación gratuita. Y poco rigurosa, por cierto: Muros tiene escuela infantil, colegio público y dos institutos, y la universidad de Santiago a 45 minutos, menos de lo que tardan muchos niños que viven en grandes ciudades en llegar al colegio cada día. El Parlamento gallego ha firmado por unanimidad una declaración institucional de protesta. Y Núñez Feijóo, con el reflejo ágil de la escuela fraguista, ha sacado a pasear en las redes una foto con su abuela Eladia durante su infancia en la aldea de Os Peares (Orense). Y ya tenemos el cuadro. La Justicia, por si no tuviera bastante, desprestigiándose un poco más y organizando zapatiestas gratuitas.
Si se tratara de proteger los intereses de los menores respecto al entorno donde viven, igual servirían otros argumentos. Como por ejemplo que algún juez adujera que el menor no debe vivir con su padre en Marbella porque los expertos señalan reiteradamente que allí anidan decenas de mafias internacionales y eso no es bueno para los menores. O que no debería vivir ni en Coslada o Mollet del Vallés porque el observatorio de Sostenibilidad las sitúa como las más contaminadas de España por el dióxido de nitrógeno. O si el juez sale cultureta, que el niño no viva en Majadahonda porque la ciudad no tiene ningún museo.
Existe mucha literatura sobre la necesaria conexión entre la lógica y el derecho. Si las decisiones judiciales no son entendibles siempre tienen las patas cortas.
Breverías
1. Génova, tenemos un problema
Luis Bárcenas pagó la reforma de la sede del PP de la calle Génova de Madrid en dinero negro cuando era gerente y tesorero del partido. Por ello la Audiencia Nacional lo ha condenado a dos años de cárcel. En la misma tacada cae el PP como responsable civil subsidiario, condenado a pagar 123.000 euros, y los arquitectos, igualmente condenados. Cuesta creer que Bárcenas actuara a espaldas de la dirección del partido, pero sobre todo se confirma que, al menos, existió una caja B en el PP: de la que salió el millón de euros para la reforma. La sentencia supone, además, darle veracidad a los papeles del ex tesorero y a algunas de las cosas que ha ido diciendo. E inquieta saber que el partido en el gobierno actuara así. Pablo Casado debería acelerar la mudanza.
2. En la línea de flotación municipal
La anulación del impuesto de plusvalías -que abona quien vende un inmueble o recibe uno en herencia o donación- decidida por el TC deja a los ayuntamientos sin una de sus principales fuentes de financiación. En las grandes ciudades equivale al 10% de presupuesto. En el caso de Andalucía son 7.200 millones. Hacienda trabaja ya en una alternativa. El alto tribunal ha venido a decir que el método por el que se calcula la base imponible del impuesto parte del principio de que los terrenos o viviendas sujetas al impuesto siempre incrementan su precio. Lo cierto es que el TC ha encadenado tres sentencias sobre el asunto. La primera fue en 2018. Se podía haber empezado un proceso de reforma de la norma con tiempo. Ahora los ayuntamientos están en un ay. En política, la anticipación, como la experiencia, es un grado.
3. Y decían de Calígula
Laura Borrás, una de las muchas fatalidades que ha producido la política catalana, ha ejemplificado esta semana de qué forma entiende su partido y su señoría el respeto a las instituciones, aunque en realidad ya lo sabíamos desde el aciago mes de octubre de 2017. La presidenta del Parlament, que está imputada por haber troceado contratos para supuestamente beneficiar a un amigo cuando era consejera de Cultura, ha intentado que la cámara derogara el artículo del reglamento interno que establece que en casos de corrupción la suspenderá de forma inmediata cuando sea firme la apertura del juicio oral. Ni ERC ni la CUP han tragado. Y decían de Calígula, que nombró cónsul de Roma a su caballo Incitatus. Igual el animal vestía el cargo con más dignidad.
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