La batalla
Triunfo con más oficio que brillo
Había ciertas urgencias por sumar y el Betis resolvió la papeleta con más oficio que brillantez aunque fuese especialmente brillante el gol de Antony. Pero hubo más calidad coral que individual para que a través de todo el segundo tiempo y ya con lo que sería el marcador definitivo se optase más por guardar la ropa que por nadar. Todo discurrió a través de un duelo frente a un equipo más físico, pero que no encontró nunca los cauces adecuados para que sufriera el Betis.
Como se preveía no hubo sobredosis de rotaciones y la verdad es que Pellegrini apenas tocó lo que parece haberse convertido en su guardia de corps. Con las alas de siempre y el buen hallazgo de Valentín Gómez como guardián del otrora desguarnecido flanco izquierdo, quizá sólo faltara un poco más de brillo en Lo Celso, que no le cogió nunca el aire al partido.
Parecía que eran los franceses los que más optaban a marcar, pero a la media hora llegó la apertura del marcador por parte de Abde en un lance estratégico. Seis minutos después surgía ese golazo que Antony nos tiene reservado en cada partido. Un pase profundo de Marc Roca que el brasileño olisqueó yendo al espacio para culminar con una vaselina colosal sobre la salida de Greif. Y lo dicho, segundo tiempo muy en conserva y tres puntos amarrados para mirar la tabla con optimismo. Un partido más en que el Betis dio una gratísima sensación, como de equipo cuajado y capacitado para mucho.
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