La batalla
Urgencias sin urgencia
Aunque hogaño vivimos tiempos de aparente paz parecen hospitales de campaña en lo más duro de la campaña, militar por supuesto. Quiera el Cielo que usted no tenga que ir a Urgencias de ninguno de los hospitales públicos de Sevilla porque usted se encontrará con una imagen que no parece propia de un tiempo de paz. Enfermos hacinados por los pasillos que se llevan horas, días algunos, a la espera de saber lo que tienen, qué es lo que les produce ese dolor físico que sólo se atenúa por el psíquico de no tener ni puñetera idea de cuándo serán atendidos, de cuánto tardará la analítica. No recuerdo en qué fase de modernización estamos, pero si se mira al servicio de Urgencias del Macarena o del Virgen del Rocío más puede creerse que está uno en un hospital del Tercer Mundo de esos donde las moscas viven mejor que los enfermos. Ahora que se viene al recuerdo, qué premonición fue lo de llamarle Corea a García Morato cuando Corea estaba en guerra y los heridos se apiñaban de forma infrahumana.
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