Mientras toda Andalucía, y otras Comunidades también, aguardaban esperanzadas a conocer las restricciones sanitarias definitivas con las que tendremos que celebrar -si es que se puede- las próximas navidades, Paula Echevarría, en su mundo onírico baby showeriano, publicaba en su Instagram sendas fotos de su encuentro con amigos para festejar que pronto vendrá al mundo Miguel Junior, el que será su primer hijo con Miguel Torres. No es la primera vez que mete la pata la actriz de Velvet, pero esta vez ha herido las sensibilidades más que nunca, más que sus fotos retocadas y sus poses con un sinfín de prendas y productos con los que diariamente hace caja.

Con los tiempos (de pandemia) que corren, no se puede ser tan irresponsable. No es momento de posar con ¿nueve?, ¿diez? amigos, de fotografiarse dándoles abrazos. ¿Dónde han quedado las imágenes con mascarilla que ella misma ha difundido? Todo paripé. Lo más alarmante es su falta de inteligencia a la hora de compartirlas sin pensar, ni un segundo, en las consecuencias, en las críticas que efectivamente les han llovido de miles de seguidores, y con toda la razón.

No es la primera famosa ni la última que demuestra que la conciencia cívica, de puertas adentro, en inconsciencia se queda. Samantha Vallejo-Nágera, en pleno confinamiento, fue objetivo de muchas críticas en las redes sociales por una foto que ella misma subió a Instagram en la que aparecía en la plaza mayor de la localidad segoviana de Pedraza paseando junto a su madre y su perro. La borró a las pocas horas. La cantante Aitana también recibió numerosas críticas en las redes tras descubrirse que se saltó la cuarentena por el coronavirus y viajó desde Madrid a Ibiza, junto con su novio, Miguel Bernardeau, tras haber estado en Milán, uno de los focos principales de la pandemia la pasada primavera. El actor Álex González también fue sorprendido por los paparazzi paseando a su perro con su novia, Blanca Rodríguez, cuando había que salir de uno en uno a la calle. Omar Montes y numerosos colaboradores de Telecinco celebraron la final de Supervivientes en junio con una fiesta, ilegal porque excedía el número de invitados permitido por aquella época. Ni qué decir tiene las múltiples pilladas a Victoria Federica y Froilán, los hijos de la infanta Elena y Jaime de Marichalar, mucho antes de trascender lo de las tarjetas black.

En fin, la mentira tiene las patas muy cortas y, cuando median las redes, aún más. Del covid-19 empezarán a vacunar a mediados de enero, pero la vacuna para tan poca conciencia cívica se la pusieron ya a Paula Echevarría los instragramers. Una sola dosis y contundente.

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