Bicheo por la TDT

Fátima Díaz

Amantes de las cuatro ruedas

30 de mayo 2015 - 01:00

HACE once años decidieron enrolarse en un proyecto televisivo de bajo coste centrado en su gran pasión: los coches. Desde entonces, Mike Brewer (experto en la compraventa de vehículos) y Edd China (mecánico) conducen con éxito el espacio Joyas sobre ruedas (Wheeler Dealers, en el access prime time diario de Discovery Max). Con formato de docurreality, el programa ha logrado atrapar a una audiencia variopinta con una estructura fija: la compra de un vehículo de segunda mano (por lo general, un clásico moderno) que reparan para después venderlo a otro postor.

Si alguna vez se ha quedado con la boca abierta frente a un automóvil clásico o de colección por la calle, Joyas sobre ruedas le dejará sin palabras cuando vea el trabajo de investigación, reparación y negociación que llevan a cabo Mike y Edd para localizar auténticos diamantes en bruto: vehículos sin demasiado valor aparente que convierten en espectaculares coches de lujo.

Como si de una calabaza convertida en carroza se tratase, el Dino Fiat supone la presente temporada del programa, la número 12 ya, uno de los retos más difíciles. Deportivo al que los críticos de los años 60 no le otorgaron toda la gloria que se merecía por su ajustado coste, el hermano pobre de los Ferrari se ha convertido en el primer objetivo del programa. Mike no dudará en viajar hasta la ciudad italiana de Trieste en busca de un ejemplar del carismático Dino, que debe su nombre al hijo tempranamente fallecido de Enzo Ferrari, il commendatore.

Lo cierto es que este espacio británico, producido por Attaboy TV, no es la americanada típica. Explican muchos detalles de los coches y cómo arreglarlos tú mismo (casi es un tutorial); ademas, explican aspectos interesantes por si se quiere adquirir uno. Me parece un programa muy honesto y entretenido, ademas útil para los manitas de la mecánica. También me gusta la ausencia de estridencias yanquis pues respetan mucho los automóviles y se agradece enormemente el hecho de no tener que aguantar a macarras de barrio y sus poses guays.

Reconozco conceptos como cilindradas, caballos y demás, pero para mí son datos completamente irrelevantes. Aunque es ver un programa de coches bien hecho en la tele, y ahí hay que plantarse en el zapping. No estoy hablando de los mamarrachos de Top Gear, sino de algo mucho más serio para los aficionados a la automoción. No se arrepentirán de echar un vistazo a Joyas sobre ruedas. Curiosidades mil, didáctico cien por cien. Lo mejor: la parte de 'hazlo tú mismo'. Y si algún manitas puede ahorrarse algo de una reparación sencilla, mejor que mejor. Yo, desde luego, no me atrevo a tanto.

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