PUEDES tener claro que no te gusta Paquirrín D.J., el reggaetón o el grupo que canta en el programa de María Teresa Campos, también sabes que te gustan Enrique Bunbury, Jaime Urrutia o Buika; hay horrores en el primer caso y artistas, en el segundo, hay opiniones para todos los gustos. Y luego está Barbra Streisand. Un personaje que dudas si la detestas o la adoras. O ambas cosas simultáneamente.

Un día ahora remoto, la idolatré, me gustaba mucho, declaro. Luego ya me quité, o eso creo.

Barbra hizo de hombre en Yentl, en la que además se dirigió a sí misma, incluso co-escribió el guión y también se jugó los cuartos.

Yentl es la hija de un conocido rabino que al morir éste, se hace pasar por hombre para poder estudiar el Talmud.

Como planteamiento, la trama no está mal pero lo cierto es que resulta un fuego de artificio al servicio del ego de Streisand. Que, hay que decirlo, es como una sinagoga de grande. Rescato de la peli a Mandy Patinkin, qué guapo y qué buen actor, al que ahora vemos triunfando en la serie Homeland.

Me gusta mucho Barbra, no obstante, en The way we were de Sydney Pollack con Robert Redford y en Qué me pasa doctor de Bogdanovich con Ryan O´Neal. Vaya parejas que se busca. Qué lista.

Egocéntrica como pocas. #tegusteonó, gran cantante de voz privilegiada, directora, actriz, productora, colecciona premios, atractiva, inteligente pero la realidad es que me cuesta. Y aun así, no puedo apartar mis ojos de ella cuando está. Me lo tengo que hacer mirar.

Voy a visionar de nuevo The way we were, a ver si Robert Redford me calma el desvelo. Ese uniforme blanco puede con todo.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios