EN vida, Carlos Cano fue profeta en su tierra, Andalucía, un espacio natural más amplio que su patria chica. Hoy se le rinde homenaje en Granada por los 70 años que habría cumplido el 28 de enero. Una legión de seguidores de toda procedencia agotó hace un mes las cinco mil entradas del Palacio de Deportes. Quince años después de su muerte, es reconfortante que la figura de Carlos concite unanimidades entre granaínos, sevillanos, gaditanos, malagueños… en una región tan dada al tribalismo y a adorar en exclusiva a sus héroes locales. Un ejemplo digno de imitación, porque Cano anteponía su condición de andaluz a su origen granadino, con una fórmula que oyó en Las Alpujarras.

En el verano de 1976 fuimos a Murtas en busca de los trovos alpujarreños. Él llevaba un magnetófono para grabarlo todo. Conocimos a magníficos troveros como el Candiota o Andrés Linares. Una noche en una justa de trovos en una cortijá de La Contraviesa, el legendario Epifanio Lupión nos presentó a sus paisanos con una fórmula singular: "andaluz de Granada", "andaluz de Sevilla". Y Carlos, presuroso, repitió la expresión en su magnetofón para utilizarla en el futuro.

No muy lejos de allí, desde Almegíjar, en la Alpujarra Central, está hecha la imagen de la contraportada de su sexto disco [Si estuvieran abiertas todas las puertas, 1983]; el cauce del Gaudalfeo fotografiado por Ricardo Martín Morales. Ricardo le presentó muchos años después en Madrid a Félix Bayón, y labraron una entrañable amistad en los últimos años de sus vidas. Se contaban divertidos sus operaciones de aneurisma de aorta y trasplante de corazón y se enseñaban las cicatrices como dos gladiadores que relatasen sus victorias contra la muerte.

Hoy Carlos sigue vivo. En las canciones de Miguel Ríos, Estrella Morente, Luis Pastor, Pasión Vega, Kiko Veneno y el resto de artistas del homenaje. Pero también en la actualidad de sus textos. El periodista Carlos Santos en la presentación de su libro 333 historias de la Transición, utiliza una docena de canciones entre las que hay varias de Carlos. Santos sostiene que un acuerdo político en España ahora sería sencillo; sólo habría oír lo que quiere la gente, "que es lo que Carlos decía en La murga de los currelantes en 1977: se acabe el paro y haya trabajo, escuela gratis, medicina y hospital, pan y alegría nunca nos falten, que vuelvan pronto los emigrantes, haya cultura y prosperidad".

Desde la foto de Máximo Moreno elegida como cartel del homenaje de Granada, Carlos es ya un joven eterno. Como su obra, como su memoria, que su hija Amaranta cuida con mimo.