PARA demostrar lo mucho que quiere al socialismo y lo dispuesta que está a sacrificarse por la causa, Carme Chacón -en su versión Carmen- ha decidido dejar su escaño de diputada e irse un año a Miami a dar clase, no sin antes asegurar que su proyecto de renovación política y generacional del PSOE sigue vigente. Va de ojana, claro.

"Me voy con billete de ida y vuelta. El 30 de junio me tendrán aquí, y cada vez que haga falta", ha declarado con desparpajo probatorio de que carece de abuela y de que tiene un altísimo concepto de sí misma y de su capacidad de liderazgo. Como diciendo: yo me quito de enmedio y me tomo un año sabático, pero seguiré pendiente y en cuanto el partido me necesite -como secretaria general, desde luego- aquí estaré, dispuesta a salvarlo.

La ex ministra de Defensa de Zapatero se ausenta de la vida orgánica del Partido Socialista en uno de los peores momentos de éste y apuesta por el fracaso definitivo de Rubalcaba que, según cree, abriría las puertas para su retorno triunfal. Como La Deseada cuya vuelta será reclamada por una militancia desconcertada y harta (por cierto, El Deseado llamaban a Fernando VII y resultó un rey indeseable).

O yo no conozco nada al PSOE o Carmen Chacón acaba de quemar sus naves y perder sus menguadas posibilidades de liderar esta organización política. Porque ¿qué les viene a decir a sus seguidores? Pues que sigan peleando por la renovación, chocando con la resistencia del aparato, desoídos en todos los órganos de dirección y ninguneados en la práctica política... que ya vendrá ella a recoger los frutos, improbables, de su esfuerzo. Sin mancharse, sin gastar energía en las mil batallas cotidianas tratando de cambiar el partido, sin dejarse la piel en cada envite, limpia e inmaculada en su retiro dorado de Miami. Perdió el congreso de Sevilla frente a Rubalcaba, en febrero de 2012, a pesar del apoyo de Griñán y Susana Díaz -los mandamases de la federación que más manda en el PSOE- por sólo 22 votos. Perderá por mucha más diferencia si se atreve a concurrir a las primarias de 2014 ante Rubalcaba o cualquier otro candidato que se haya quedado aquí, en su sitio, cuando la cosa está más fea que nunca.

La fuga, con amenaza de retorno, de Chacón marcará el final de su aventura y la muerte de su legítima ambición. Refleja la inconsistencia y la inanidad de la izquierda caviar. Sólo con marketing no se gana.