La aldaba
Carlos Navarro Antolín
A Fitur con las colas para todo
Mañana hay un Colón contra los indultos a los sediciosos catalanes condenados por el Supremo. Una concentración que evitará la foto. Convocados por la plataforma civil Union78 se reunirán Vox, PP y Cs, menos unidos que en febrero de 2019, cuando su foto de familia animó a Sánchez a convocar elecciones en abril. Al principio el PP dijo que no iría a esta manifestación porque prefería el trabajo institucional, como las condenas que aprobó el Parlamento andaluz el jueves. El anuncio de Ayuso de que acudiría cambió el paso a Casado. También Arrimadas dijo de entrada que no y acabó aceptando. Quien no va a Colón es el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, ni otros moderados como Feijóo o Mañueco.
Hay dudas y equilibrios en este complejo asunto. En mayo de 2018, pocas semanas antes de ganar la moción de censura a Rajoy, Pedro Sánchez afirmó que clarísimamente hubo un delito de rebelión en Cataluña. Y ahora el presidente del Gobierno incluso pretende rebajar las penas por sedición y prepara una docena de indultos. Las contradicciones van por barrios. Junqueras en su manifiesto de esta semana ataca al estado por sus "estructuras para perseguir a los adversarios políticos" con leyes "injustas y arbitrarias". Y repite la jerga represión, persecución judicial, presos políticos, exiliados... Pero admite que necesitan una mayoría incontestable y plural para la independencia y un referéndum acordado, porque otras vías [la unilateral] no son viables.
La presencia de Casado es incoherente con su excelente discurso de hace nueve meses en la moción de censura de Vox. Entonces estuvo contra la polarización y le dijo a Abascal que era el socio en la sombra y el seguro de vida de Sánchez, y que el PP quería una España unida y diversa, mientras Vox separaba. Nada de eso encaja con su presencia conjunta de mañana.
El Gobierno acusa a los colombinos de no tener plan alguno para Cataluña. Desde el frente contrario se contesta que el único propósito de Sánchez es llegar a 2023. De hecho, no se conoce el plan gubernamental, sólo un boceto de Mesa de Diálogo entre gobiernos o de partidos, para la que han sonado Junqueras e Illa como participantes. Un estatuto especial para Cataluña tiene varios obstáculos. El primero, que los independentistas lo aceptasen. En segundo lugar, necesitaría una reforma constitucional y un referéndum nacional para encajarlo y por tanto de un consenso entre PSOE y PP. Y causaría un efecto emulación. No sólo en el País Vasco, sino también en Andalucía. Incluso provocaría nuevos colones. Con o sin foto.
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