AHORA que la crisis económica y financiera ha hecho estallar las costuras de nuestro sistema político y social, se plantean nuevas preguntas: ¿En un estado de crisis es prescindible la Cultura? ¿La creatividad es un lujo? Si entendemos que sí, que no es una prioridad social y un motor de desarrollo económico, haremos como el Gobierno de Rajoy y el de Esperanza Aguirre. Por una parte, vaciar de contenido y suprimir todo apoyo para la creación y la actividad cultural. Y, por otro, dificultar cualquier posibilidad de impulso a la industria creativa, incrementando el IVA del 8% al 21%. Es decir, manifestando claramente que la Cultura es un lujo.

Si entendemos que la Cultura no sólo no es prescindible, sino que es fundamental para la salida de la crisis; como modelo social, económico y, también, por qué no, ideológico y político, entonces debemos visualizar el protagonismo y la importancia del sector creativo de nuestro país, tal y como ha hecho el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, manteniendo como seña de identidad de su Gobierno la Consejería de Cultura.

Asumimos la difícil situación económica, agravada por la política de asfixia presupuestaria que nos impone el Gobierno de España, y no oculto que estas circunstancias han conllevado y conllevarán tomas de decisiones negativas para el sector cultural. En Andalucía, desde un Gobierno de izquierda, afrontamos esta realidad como una oportunidad para buscar, junto con los sectores culturales, fórmulas de funcionamiento y compromisos comunes que garanticen el acceso universal a la Cultura, como un derecho irrenunciable y, a su vez, garanticemos la pervivencia y mejora de un sector económico que, según datos de la Cuenta Satélite de la Cultura, movió entre 2009 y 2010 -ya en plena crisis- entre 32.000-35.000 millones de euros. Es decir, una media del 3,4% del PIB, además de dar empleo a más de medio millón de personas.

Es necesario, por tanto, buscar nuevas fórmulas, nuevas ideas y soluciones para que el "sistema", formado por creadores, entidades, asociaciones y sectores afectados, sufra el menor impacto negativo, traducido en cierre de empresas y pérdida de puestos de trabajo. Para eso es necesaria otra forma de gestionar con más complicidad, colaboración y transparencia, y adecuada a la situación económica y social actual, buscando el equilibrio necesario entre el cumplimiento del compromiso adquirido y unas prioridades presupuestarias basadas en el principio de responsabilidad y austeridad.

Queremos afrontar este nuevo tiempo desde una perspectiva diferente. Apostamos por la rentabilidad social y económica de la Cultura, propiciando la participación del mayor número de entidades. Fomentar la asistencia y la creación de nuevos públicos. Favorecer el desarrollo de las industrias creativas y de las estructuras de producción públicas y privadas. Potenciar la formación técnica para mejorar la gestión. Utilizar los recursos técnicos y redes sociales para mejorar y aumentar la comunicación y el intercambio con los ciudadanos son objetivos que están en nuestra hoja de ruta. Por ejemplo, ya estamos trabajando junto con los sectores implicados en un nuevo modelo de la actividad escénica en Andalucía, como alternativa a los circuitos tradicionales.

El camino de salida de la crisis no pasa por machacar a impuestos a los sectores de la Cultura. Es un ataque a los derechos de los ciudadanos y, por supuesto, estamos en contra de unas medidas de "estabilidad presupuestaria" que suponen un enorme perjuicio social, como el que causará la subida del IVA. Sin duda, el mayor golpe que ha sufrido la Cultura en toda nuestra etapa democrática. Y esto, además, no sólo afecta a nuestra competitividad, sino que es un agravio comparativo para nuestros creadores y nuestras industrias culturales con otros países europeos de nuestro entorno.

No debemos ni queremos ir solos. Desde mi más profundo respeto a la Cultura, considero que no es lo mismo la gestión cultural que la Cultura, estoy seguro de que contaré con la complicidad de todos, incluido el Gobierno Central a quién he pedido públicamente que rectifique, para abordar este reto diario que significa el compromiso de innovación y progreso que hemos adquirido con la Cultura en Andalucía.