Desde mi córner

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

El Dépor y el Zaragoza sacan los pies del tiesto

Ambos quieren sacar beneficio de lo que en su curso de 42 singladuras perdieron sobre la yerba

Como prospere lo que el Deportivo de La Coruña trama, el fútbol puede ponerse al borde del descabello. Cuando la normalidad era normal se le tenía vetado a los clubes deportivos ir a la justicia ordinaria. Apelar a eso era ponerse fuera de la ley que imperaba en el deporte y cuyo fin principal era el de impedir cualquier tipo de injerencia que podría derivar a un colapso de incalculables consecuencias. Y eso es el peligro que nos acecha.

Una de las primeras injerencias extradeportivas fue la que alumbró la Ley Bosman, que fue la gatera por donde entraron todos los europeos que hasta entonces eran considerados extranjeros que no podían exceder del cupo de tres asignados a cada club. Luego surgieron algunas intentonas más o menos fundadas, pero lo que ahora pretende el club gallego sin saberse por qué, atenta peligrosamente contra el normal discurrir de las competiciones, cualesquiera que sean.

Debe ser por la grillera desatada en torno al caso Fuenlabrada, pero la verdad es que resulta de complicada explicación el argumento del demandante. Ya sé que es muy duro para un campeón de Liga irse a Segunda B, pero es un hecho ganado a pulso en el campo a través de cuarenta y dos partidos con un saldo netamente negativo. No sé qué esgrime el Dépor ni en qué se basa, pero si decide salirse de las reglas del juego que rigen el fútbol, mal va la jugada.

Y para hoy se anuncia, por fin, el inicio de la promoción de ascenso a Primera y si lo del Dépor no tiene nada de lógico, también chirría que el Zaragoza pida, como tercero, subir automáticamente. Lo que no ha ganado en el campo pretende obtenerlo en los despachos y choca que desde el club maño se apele a los cinco magníficos o al gol de Nayim para glosar una historia ganada en la yerba. ¿Y qué tendrá que ver el pasado con el presente? Situaciones surrealistas ambas, ¿o no?

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