Domingo de Ramos 'fashion'

Era llegar La Paz al parque, con su albo revuelo de túnicas y capas, y los Sergio Ramos hallaban aquí su arcadia étnica

29 de marzo 2023 - 01:46

El calor ablandará los cirios de los nazarenos (no así, lamentablemente, a los chupacirios). Habrá lipotimias y desmayos. Las botellitas de agua se venderán a miles y nadie querrá saber de qué está hecho el supuesto caldo neutral. Se consumirán helados y se agradecerá la plaga de heladerías-franquicia que han abierto hasta en los nobles predios de El Vacie. Y habrá paraguas, pero para protegernos contra Helio, el dios Hiperión, según Homero. Se prevén treinta grados para el Domingo de Ramos. El Sol Invictus triunfará. Al Mesías montado en su pollina se le pondrá el cabello doradizo, según la iconografía cristiana, en alusión al Apolo verdadero, al único y auténtico Sol Invictus. Sobre la rampa del Salvador, habrá que prestar atención a la cabellera del Señor bajo las tres potencias igualmente doradas.

¿Y los atuendos para el Domingo de Ramos? En modo hombre (o varón de dolores), es de suponer que predominará el terno con corbata. O sea, entre la ranciedad marca Sevilla, el punto medio y la aventura textil con osado cromatismo a lo David Hockney. Uno echa de menos el impoluto corte de terno blanco. ¿Qué fue del modelo Sergio Ramos? Era llegar La Paz por el parque de María Luisa, con su albo revuelo de túnicas y capas, y los Sergio Ramos, en blanca fusión nuclear, hallaban aquí su arcadia étnica antes de acudir a las arterias del centro. Leo que para la estirpe de Eva se llevará la falda tipo midi y el primaveral traje de chaqueta. Lo dice la sección Wappíssima de este diario, una de mis favoritas. Las influencers aconsejan el traje de chaqueta estampado, con flores o de tipo paisley, o bien el de tejido fluido o el de color naranja (el naranja es tendencia, quizá una burla en plena extinción de Ciudadanos). Las faldas midi, a juego con una blusa, un top lencero o una brazer, ofrecen sus colores rosa chicle, pollo a la mostaza o morado Irene Montero, sin olvido de los juegos a rayas y los dibujos alegres y primarios. ¿Y los zapatos? ¿Y la estación de penitencia del pie? El tacón alto ya no se lleva. Gran pérdida. Nos quedaremos sin la estampa nocturna de la mártir descalzada, con sus tacones astifinos en la mano y su cara de María de barrio al pie de la cruz. Prima, para mi tristeza, el zapato plano, como la manoletina, la sandalia y hasta la zapatilla deportiva. Al parecer, entre la curiosidad y el horror, causan furor unas uñas cofrades, tamaño XXL. Una manicurista sevillana las ha patentado, inspiradas en las dos Esperanzas. Ideales, pues, para una Rosalía cofrade, nacida de entre el incienso bajo marchas procesionales con Auto-tune.

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