La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Demasiados niñatos en la política
Un concejal del PSOE le toca la cara al alcalde de Madrid en el Pleno. El presidente del Gobierno en funciones asigna a un macarra –que ni siquiera es portavoz adjunto– la representación de los socialistas en una sesión de investidura. Cuando el tipo se dirige al atril, Sánchez se ríe a lo ancho y sólo le faltó decir: “¡Ahí lleváis al pieza!” Una parlamentaria de Adelante Andalucía echa tierra en el escaño vacío del presidente andaluz para protestar por la legalización de regadíos en Doñana. Un diputado de Adelante Andalucía, José Ignacio García, del que teníamos una opinión favorable, descarrila al calificar de “gentuza” a los invitados a una sesión de la Cámara andaluza. Tiene que ser reprendido. La presidenta del PSOE andaluz, Amparo Rubiales, tiene que dimitir del cargo (que en la práctica es honorífico) tras llamar “nazi judío” al coordinador general del PP. Rafael Segovia (Vox) acusa al PSOE en una sesión parlamentaria de ser “el partido de los puteros y cocainómanos”. Tiene que ser llamado al orden.
Alfonso Guerra enturbia su magnífico análisis sobre un PSOE dispuesto a promover la amnistía y a permitir un referéndum de autodeterminación en Cataluña con un comentario reprobable sobre las peluquerías a las que acude la vicepresidenta Yolanda Díaz. Ella a su vez visita a un prófugo de la Justicia y desvaría a los pocos días con una majadería sobre los ricos que tienen preparados los cohetes para evadirse de un mundo en crisis. Patxi López, portavoz del grupo socialista, se enfrenta a un periodista en la misma sala de prensa del Congreso de los Diputados donde unos meses ante la independentista Miriam Noguera apartó una bandera de España en una performance cuando menos provocadora. La presidenta del Parlamento aragonés (Vox) se queda hierática y no saluda ni a la ministra de Igualdad ni a la secretaria de Estado (Podemos), quienes a su vez se han hartado de tildar de machistas a los jueces por citar una de sus muchas perlas. Los separatistas y legatarios de ETA no acuden a la Zarzuela para comunicar al jefe del Estado el sentido de su voto y su parecer sobre la investidura de un presidente. Al menos Jon Idígoras (HB) cumplía en tiempos con el trámite.
Un concejal del PP de Santiago de Compostela critica a Yolanda Díaz en las redes sociales con un comentario machista. El mensaje es respaldado por la cuenta oficial del partido. Todo ha ocurrido en pocos meses. ¿Qué gente nos gobierna? ¿De qué ralea son muchos de los que nos representan? Es la España cada vez más tronante de los niñatos. No es que sean maleducados, es que no conocen límites ni formas. Nunca debieron pasar de la última fila del autobús.
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