La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Sánchez entra en los templos cuando quiere
SON días oportunos para escribir de esta mujer, y simbolizar en ella a tantas personas que murieron o se exiliaron a causa del fatídico golpe militar de hace 75 años; se trata de una mujer republicana, exiliada, feminista y bastante olvidada, a pesar de su excelencia intelectual; Isabel Oyarzábal era malagueña, republicana activa, actriz, escritora, diplomática, inspectora de trabajo y feminista en una época en la que las mujeres en España apenas si sabían leer o escribir; su desconocimiento tiene mucho que ver con el olvido generalizado al que ha estado sometida la República y los políticos/as de entonces, con el agravante, como le pasó a otras tantas, de su condición de mujer. "Nuestra vidas, escribe Amelia Valcárcel, se vivieron como si todas estas personas no hubieran existido jamás. Supimos de ellas cuando ya éramos personas adultas, con nuestras claves estabilizadas por otras vías… No fueron nuestras cuando debían haberlo sido".
Si se nos ha hecho ahora más presente ha sido gracias a la publicación de un libro, Hambre de libertad, que son las memorias de su vida, escritas en inglés -también era políglota- en 1940, y que hasta este año no habían sido traducidas ni publicadas en castellano, aunque en ellas habla de su vida, de la República, de su experiencia como embajadora en Suecia y en Finlandia, y muchas otras cosas, haciendo además un alegato contra el fascismo que se extendía por el mundo.
Isabel Oyarzábal, (Málaga 1878-México DF 1974), era de ascendencia paterna vasca y de madre escocesa; rompe casi todos los moldes de las mujeres de su época, aunque no pudo con todos, pues firmaba sus escritos como Isabel "de Palencia", que era el apellido de su marido; y esto le ocurrió a esta mujer prodigiosa que hizo y escribió teatro, novelas (En mi hambre mando yo), artículos, conferencias; fue la primera española diplomática, la primera inspectora provincial de Trabajo y candidata socialista en las elecciones de 1931, año en el que las mujeres españolas alcanzamos la condición de ciudadanas con el voto, y , aunque fue muy longeva, no pudo regresar a España.
Hoy es más conocida gracias a Olga Paz Torres, que hizo su tesis doctoral sobre esta gran mujer, y a Aurora Luque, prologuista de su biografía, que, con gran entusiasmo, se está encargando de difundirla; también hay hombres en esta tarea, sobre todo, los traductores de su biografía y los que han hecho posible la publicación de estos libros; recomiendo que las personas que tengan hambre de libertad y de igualdad, que son muchas, se acerquen a esta mujer admirable para que veamos, una vez más, que cuando se quiere se puede.
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