La lluvia en Sevilla

Jardines en el aire

Esta idea hecha realidad es útil, bella y buena. Sensibilidad o barbarie, 'that is the question'

Frente a las cosas-coraza que nos dijeron ("No construyas castillos en el aire", "empiezas la casa por el tejado", "las palabras se las lleva el viento", "el mejor amigo es un duro en el bolsillo", "tienes la cabeza a pájaros", "las cosas son así. Y punto", "eso no sirve para nada", "la ciudad es una jungla", "más vale malo conocido") hay quienes se ponen mano a la obra para intentar lo bueno por conocer. Entonces, sucede: construyen jardines y siembran palabras (semillas orales, les dicen) en el aire en la Candelaria. Literalmente. Descubren, de mano de las vecinas, la riqueza que brota en los patios y arriates de uno de los barrios más pobres y diversos de Sevilla; aprenden y enseñan a destilar las esencias de esas plantas, con las que el perfumista parisino Bernabé Fillion ha creado una fragancia exclusiva. También le llenan, literalmente, la cabeza de pájaros a los chiquillos del barrio, que ahora reconocen el trino de cada pájaro y los llaman con reclamos que ellos mismos se hacen con cachivaches reciclados. Demuestran que la ciudad-jungla se puede transformar en un jardín, y si para ello hay que inventarse un sistema para aprovechar el agua de los aires acondicionados para el riego, pues se inventa. De la escucha de los sonidos del barrio, la compositora Desirée Martín crea una sinfonía, que se interpreta, a viva voz, en plena calle. Lo que se recauda se destina a la creación de un laboratorio en el barrio y para nuevos talleres de robótica, arte y ciencia. Quien huele la esencia y escucha la sinfonía o los relatos que los escritores escriben sobre todo esto, o ve crecer las plantas gracias a las máquinas de riego que han creado, saben que nada de ello le es ajeno, que es suyo, parte de su territorio y de su aire. Eso, como se dice ahora, empodera. Es útil, bello y -discúlpenme la palabra- bueno. Sensibilidad o barbarie, that is the question.

Esto está pasando en Sevilla, y no la deja tal cual estaba. Lo mismo que señalamos las grietas, lo oscuro, lo cutre, las heridas de la ciudad, también hay que nombrar esta propuesta hecha realidad en Lucesde Barrio, comisariada por Nomad Garden y promovida por el Ayuntamiento y Ecosistema 41. Nombrarla a boca llena, para que se sepa. Porque sabiéndola, vivimos sabiéndola, y porque se vive de otro modo después de haberla vivido y sabido. Cuando escucho a Ursula von der Leyen decir que está flipando con esto, o me entero de que ha recibido el prestigioso premio europeo Nueva Bauhaus, me pregunto si en Sevilla nos hemos dado cuenta del poder transformador de iniciativas como esta. Esta semana, Jardines en el aire ha sido seleccionado como uno de los 10 proyectos internaciones condecorados con las Menciones de Honor, con opción a hacerse con el premio Human City Design Award. Estas cosas, insisto, no dejan a las personas, al barrio ni a la ciudad tal cual estaban.

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