Mediante unas tablas que saben a victoria y una victoria con sabor a gloria y respiro se remató la jornada para el fútbol según Sevilla. Jornada vigesimoséptima con nuevo cambio de líder y la constatación de que se está perdiendo la ocasión de incordiar en el duelo entre los dos grandes por el campeonato. Viendo la cantidad de puntos que se dejan en el camino, un tercero fuerte habría impulsado el interés de esta Liga.

Mostró el Sevilla el sábado su cara más solvente en el Metropolitano para lograr un empate que sabe a triunfo y logra enquistarse en la Zona Champions por delante de dos equipos, Getafe y Real Sociedad, que andan haciendo una gran campaña y un Atleti por debajo de las previsiones. Pudo perder el sábado, pero por ningún motivo debe considerarse inmerecido lo conseguido por un Sevilla que, curiosidades del fútbol, se está mostrando mucho más solvente fuera de Nervión.

Gracias al VAR y los neopenaltis, el Barça pudo con la Real, lo que obligaba al Madrid a ganar en Heliópolis al día siguiente. Pero los de Zidane no dieron con la tecla y en esto quizá tuviera algo que ver la actitud del Betis. A su buen fútbol habitual, el equipo verde, blanco y verde le añadió un talante más sólido que de costumbre, de ahí que el avispero que parecía ser el Villamarín se convirtiese en fiesta y respiro gordo cuando el colegiado dijo que aquello se había terminado.

De campana a campana, el equipo fue un equipo y eso le llevó al éxito. La sensación de equipo que casi nunca da reapareció ante el Realísimo y miel sobre hojuelas. Los temores que suscitaba un colchoncito de sólo cinco puntos desaparecieron y ahora hasta hay optimistas que incluso vuelven a ver Europa en el horizonte. Son los vaivenes de este invento maravilloso que es el fútbol, pero en esta temporada se echa de menos un tercero que se aproveche de esos trenes tan baratos.