Miedo a que un Bronx sea importado

Todo lo malo se pega y aquí se nos están pegando asuntos que vienen importados gracias a esa globalización que acarrea más desgracias que otra cosa. El asesinato de un navajazo la otra amanecida en Santa Clara hace que nos tentemos la ropa y nos pongamos en lo peor cuando pensamos en nuestra descendencia. Al rebufo de esas discotecas situadas en lugares que estaban destinados a crear riqueza y que atendían por polígonos industriales ha germinado la semilla del mal. Es como si en toda el área de influencia de esos antros hubiese nacido una especie de Bronx en el que hay que rezar lo que se sepa antes de entrar. Y el problema más grave está en cómo sus malos hábitos se abren en interminables círculos que se extienden hasta que, por ejemplo, la exclusiva Santa Clara ya forme parte de ese infierno.