La ciudad y los días

Carlos / Colón

Nazis de hoy

17 de marzo 2016 - 01:00

AL tratarse de inmigrantes seguramente rumanas y posiblemente gitanas, por sus largas faldas y pañuelos, la terrible y repugnante escena protagonizada por seguidores del PSV en la Plaza Mayor de Madrid recordaba desoladoramente a los nazis alemanes humillando a las mujeres judías en las calles de Berlín, Varsovia o Viena. Y no se trata de una comparación abusiva.

Urge recordar que esto era y es también Europa. Una Europa que fue y que amaga con volver a ser creciendo en votos, alcanzando representación parlamentaria y reproduciendo estas intolerables actitudes. La Europa que, no en tiempos anteriores de inquisiciones, expulsiones o progroms, sino en el corazón del siglo XX, hacía que el camino político emprendido por la Ilustración y la Revolución Francesa desembocara en el terror político y la ingeniería social empeñada en crear un hombre nuevo al precio de asesinar a quienes no se adaptaban o eran considerados basura racial o ideológica. Nazis y comunistas. Auschwitz y Gulag. Esto es también Europa como fruto o fracaso de la revolución (comunista, fascista o nacionalsocialista), del fanatismo tecno-científico y del reduccionismo positivista.

"Junto a la potencia inaudita de la tecnología se produjo la impotencia de las limitaciones que secularmente el hombre se había impuesto a sí mismo en su dominio sobre la naturaleza y sus semejantes: el desencantamiento del mundo o, en palabras de Nietzsche, la muerte de Dios. Dios era, ante todo y sobre todo, un límite a la potencia humana… Esta combinación entre el creciente poder de los medios y la determinación de usarlos al servicio de un orden artificial y programado [la sociedad sin clases, la sociedad racialmente pura], fue la que confirió a la crueldad su peculiar rasgo moderno e hizo que el Gulag, Auschwitz e Hiroshima ocurrieran, incluso hizo que quizá fueran inevitables". Estas palabras no son de un beato reaccionario. Pertenecen a Modernidad y Holocausto (Sequitur, 2015) del reconocido sociólogo Zygmunt Bauman (premio Adorno y Príncipe de Asturias), no casualmente -y vuelvo a los sucesos de la Plaza Mayor de Madrid- también autor de Vidas desperdiciadas. La modernidad y sus parias o Ceguera moral. La pérdida de la sensibilidad en la modernidad líquida (Paidós, 2005 y 2015). En Madrid se escenificó la humillación de estas parias de la modernidad y la ceguera moral de quienes las humillaron.

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