SALSA light. Aquí no se cazan mariposas, sino famosos. Se ha abierto la veda de nuevo a toda costa y los cámaras persiguen a quien sea para alimentar a toda prisa las nuevas noches de Telecinco entre partido y partido del Mundial. Más de lo mismo. Nadie podía esperar otra cosa ¿no? Cazamariposas, ascendido de la Segunda División de la TDT, desde Divinity, es la típica revista hepática de Mediaset, sin plató y con unos cuantos cronistas dispuestos a escribir titulares en modo Uy-uy-uy. La primera en la frente fue para doña Letizia, que sin reinar aún decían que había sido derrotada por Matilde de Bélgica, que es ligeramente más joven. Claro que sí. Programa serio. Con rigor. Llevando al primer plano cosas que interesan. En nombre de la frescura y el entreteni-miento en Mediaset vale cualquier cosa que rellene impactos a bajo coste.
El nuevo magacín tomatero, que ha empezado acosando a los Borbón Ortiz que se han puesto a tiro en el objetivo, culmina con un suplemento chismorrón tipo Sálvame que estos han llamado Asamblea Fashion. En el corral de gallinas empezaron por largar sobren el estilismo de los políticos y por supuesto fue un tema que dio a pie a la guasa. Un contertulio se puso muy digno protestando por el Alcampo's Style de Pablo Iglesias ¿pero qué demonios esperaba este cronista? El líder de Puédamos ya ha caído en el bote de tomate para mucho tiempo.
Telecinco programa lo del Cazamariposas porque no tiene otra cosas más recurrente y barata para combatir a El Hormiguero y a El intermedio. Seguro que de buena gana, negociando un cheque, se quedaban con los de Wyoming. Joaquín Reyes, siempre con esa sublimidad manchega, hace un Pablo Iglesias logradísimo dentro de los cánones chanantes. Su Felipe VI fue digno de una noche de Muchachada pero sabemos que aún puede dar mucho más de sí. No hay prisa, nos queda bastante tiempo. Reyes hará honor a su apellido.
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