Juan Lebrón

Sevilla, plató de cine

El autor analiza la repercusión del rodaje de la serie 'Juego de Tronos'

DURANTE los últimos días, numerosas personas, han recabado mi opinión acerca de lo que en realidad significa el rodaje de algunas secuencias de la exitosa serie Juego de Tronos para Sevilla y Osuna. Bien, Andalucía ha sido, desde siempre, gran receptora de rodajes cinematográficos. Los excelentes y moderados costes de los servicios, así como la abundante mano de obra desocupada disponible, han contribuido sin duda a ello; pero por encima de todo, la enorme, variada y extraordinaria riqueza paisajística, así como el inmenso catálogo de monumentos y edificios magníficos que pueblan nuestra tierra, han volcado en muchas ocasiones la balanza a nuestro favor. En cuanto al asunto en cuestión, ésta es mi opinión:

1. El hecho de que una serie tan importante como Juego de Tronos vaya a rodarse en nuestra tierra constituye todo un éxito por el que hay que felicitar, sin reservas, a Carlos Rosado y a Piluca Querol de la Andalucía Film Comission. Hemos visto cómo prácticamente, todos los medios de comunicación nacionales se han hecho eco de la noticia.

2. En cambio, las expectativas económicas creadas, son desde mi punto de vista, absolutamente irreales. Oír en boca del alcalde Zoido que el rodaje creará miles de puestos de trabajo y dejará cien millones de euros de beneficio en la ciudad me parece sorprendente. Debería tener el regidor, no ya un asesor en temas audiovisuales, sino alguien con sentido común cerca -ya se fue Rafael Salgueiro- que le advirtiera de la barbaridad que han puesto en su boca.

3. El turismo: la historia no se desarrolla en Sevilla, la ciudad es mero decorado. Por consiguiente, la repercusión y el impacto turístico es prácticamente nulo. La inmensa mayoría de la gente que vea la serie, jamás identificará ni sabrá que ciertas secuencias se rodaron en Sevilla. Es crucial para que la promoción en estos casos sea efectiva que la historia que se narra ocurra en la ciudad donde se ruedan la imágenes. Prácticamente nadie va a Almería (lo hacen por sus extraordinarias playas y su maravilloso clima) movidos por los centenares de wésterns que allí se rodaron simulando al Far West americano; en cambio, la influencia de una serie de televisión en la que tuve la fortuna de intervenir, Verano Azul, que desarrollaba su historia en la misma geografía en la que se filmaba, transformó y modificó para siempre toda una comarca del levante malagueño.

4. Por ultimo, y por lo expuesto anteriormente, no soy partidario de ceder nuestros principales monumentos como meros decorados de otras historias que no suceden realmente entre sus muros. Eso no conduce a nada: deprecia el monumento, devalúa su historia y por eso en ningún país desarrollado del mundo se permite. Condiciónese pues la cesión del espacio emblemático al hecho de que la historia que se narra, suceda o haya sucedido allí. Eso es lo inteligente.

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