El tren de la bruja

Antonio Montero Alcaide

Simulacro o postureo

El simulacro es una ficción, el postureo tiene no poco de apariencia y de ambos bien que participa la Feria

El tren de la bruja

ES la Feria de Sevilla un simulacro o, más bien, un cuidado postureo?

-A mí no me preguntes, que bastante tengo ya con darte de qué escribir como para, encima, quebrarme la cabeza con tus ocurrencias.

-No te lo preguntaba a ti, bruja malhumorada, con esa malafollá que tienes al levantarte, como si estuvieras faltica de contubernios con el mismo diablo.

-Oye, oye, que una es muy decente y tú sabes bien poco de aquelarres, si es que no estás confundido por el porno duro.

Me distrae la bruja, porque tengo que explicarle el cabal sentido de mi intención cuando le señalé la malafollá de su carácter. Ya que, aunque las vueltas del tren le dejen poco tiempo y tranquilidad para consultar el Diccionario académico, follar no es otra cosa, en primera acepción, que soplar con el fuelle. Y, por esto mismo, la malafollá tampoco otra cosa que la falta de ánimo y vigor de un aprendiz de herrero nada desenvuelto con el fuelle.

-Sí, sí, mucho Diccionario, pero una es bruja letrada, además de subempleada en atracción de feria. Y conoce, aunque más bien de memoria, esa otra acepción de lo del fuelle, un tanto vulgar, es verdad, que alude practicar el coito.

-Vamos a dejarlo ahí, ¿eh?, que haya cada cual con sus usos y costumbres.

-Pues venga. Dime de una vez si esta Feria es simulacro o postureo, que mucho debes haber leído a Saramago para darte a las digresiones.

Con esta bruja no hay quien pueda -por eso me gusta- y no tardaré en darle cuenta de que un simulacro -"No le vas a sacar punta tú ni al del terremoto, aquí en Sevilla", deja caer la bruja socarrona- tiene que ver, y en esto hay matices, con la ficción, la imitación y la falsificación. Mientras que el postureo es una expresión impropia, aunque parezca la acción y el efecto del igual de impropio posturear. Si bien los zascandileos de la investidura, ya veremos si fallida, han dado carta de naturaleza a una forma de apariencia, a una devaluación de la más acreditada postura, cuando de verdad esta corresponde a la actitud, mejor no voluble, que alguien adopta respecto de algún asunto.

-Pues ya te digo yo -se adelanta la bruja- que la Feria tiene más de simulacro que de postureo. Que es una ficción, vamos, porque la realidad espera a la vuelta de la resaca. Que hay más de posturitas que de postureo. Y que, a pesar de todo, más de uno dirá que le quiten lo bailao.

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