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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Tala del claustro de San Lorenzo

Primer viernes de cuaresma en San Lorenzo y último con sus grandes árboles, condenados a muerte

Se cortan todos los árboles de la plaza de San Lorenzo. Se veía venir desde que se talaron los cuatro primeros en mayo de 2017. Entonces el Ayuntamiento dijo que tras la caída de una rama se detectaron "graves problemas" de podredumbre y grandes oquedades en los troncos de cuatro árboles, todo agravado por la anidación de las aves en las oquedades pudriéndolos por dentro, lo que hizo inevitable la tala de los ejemplares enfermos. Siempre lo mismo: descuidar y maltratar hasta que "es necesario" talar. Se prometió entonces cuidar los árboles restantes, podarlos cuando y como se debe y tapar las oquedades para impedir que las aves aniden en su interior. No se ha hecho. Y ahora hay que talarlos.

Cuando se cortaron los primeros, Enrique Figueroa, catedrático de Ecología de la Universidad de Sevilla, dijo: "No es que los plátanos de sombra no estén adaptados a Sevilla sino que han sido muy castigados en los últimos 30 años con una poda salvaje… Habría que pedir responsabilidades a los ayuntamientos de atrás". Y tanto. En el informe que dicta la sentencia de muerte de todos los árboles de la plaza el propio Ayuntamiento menciona como "causas del deterioro y de la pérdida de raíces" de los árboles: "En 2003 se llevó a cabo una remodelación de la plaza en la que se amplían las dimensiones de los alcorques... Aparentemente, esta intervención no se realiza de forma adecuada y se observan cortes antiguos de raíces de calibre de en torno a 18 centímetros. Hasta 2007, además, los plátanos tuvieron rejillas tipo Tramex que es muy probable que hayan estrangulado los cuellos de los árboles".

Luego la desastrosa remodelación hecha en tiempos de Monteseirín, que quitó a la plaza sus relieves y adoquines para convertirla en ese mar gris y churretoso al que tan dado era el peor alcalde de la democracia, tiene que ver con la tala; al igual que la podredumbre por no tapar las oquedades tiene que ver con Espadas. ¿Se pedirán responsabilidades? No. El Ayuntamiento sabe con qué bueyes ara: a la mayoría de los sevillanos les importa tan poco que los corten -¡ya crecerán los nuevos!- como que destrozaran la plaza. En mi Pregón evoqué la plaza de San Lorenzo "cubierta de hojas en otoño, desnuda en invierno, atrio basilical en primavera, templo en la Madrugada, claustro verde en verano, y corazón de Sevilla cada viernes". Pues por muchos años se acabó el claustro. ¡Qué bestias!

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