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La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

Con Tamames vino un soplo regenerador

Cuando el profesor Tamames se cruzó en la perorata sanchista entró en el hemiciclo un vendaval de aire fresco. Saltándose la norma, el viejo profesor dejó en evidencia a cuantos andan masacrando desde la legalidad a este pobre país aún llamado España. La anécdota que era la presencia del nonagenario hijo del que fuera médico de guardia de Luis Miguel Dominguín ha dejado de serlo para constituirse en bocanada de aire fresco que levantó las alfombras del Congreso. Bocanada pura y momento para que se cayera del caballo todo un país que está harto de corruptelas y de discursos preparados de antemano con el que se abordan cuestiones que ni han sido planteadas. Esto sirve, además, para desmontar la especie de que esta moción abortada no ha servido para gran cosa cuando su papel ha sido el de dejar claro que no merecemos la clase política que nos maneja.

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