Puntadas con hilo

María José Guzmán

mjguzman@grupojoly.com

Turismo con ciencia (y conciencia)

Los divulgadores tienen mucho que aportar a la innovación turística en esta época de reinvención

El turismo ha sido –y lo seguirá siendo– la gran industria en España. También en Sevilla. Un sector donde la inversión ha sido por ahora inversamente proporcional a la que se hace en ciencia y en investigación. Y esto da para muchos debates. Pero no es el caso. Turismo hay de muchos tipos y colores y hasta científico. Pero, de momento, pocos han visto este segmento realmente como una fuente de ingresos. Y ahora que toca reinventarse, hacer otras cosas y hacerlas  de otra forma, podría ser ésta una buena ocasión para potenciar este tipo de turismo que, de entrada, se presenta como una buena salida para personas con formación científica y divulgadores, que en esta tierra los hay y de los buenos.

El turismo de ciencia puede dar mucho juego en Sevilla y su área de influencia, que cuenta con recursos muy atractivos: desde observatorios de astrofísica a parajes naturales que en sí constituyen el mejor de los museos.

Ahora que el Covid ha derivado el interés hacia los espacios abiertos, es un buen momento para dar a conocer rutas y parajes, pero igual aprender descubriendo centros de investigación punteros que existen, por ejemplo, en la Cartuja. El concepto es nuevo pero los recursos están ahí, lo que hace falta es verlos como argumento para invitar a viajar con la prioridad de disfrutar y también de transmitir o recibir nuevos conocimientos. Porque no se trata de una actividad para antropólogos o exploradores en lugares remotos, sino de un turismo que también es cultural y patrimonial y, además, que se acompaña de animación e interpretación científica. Un producto  nada clásico y con atractivo para todos los públicos.

Algo ya hay adelantado. Desde hace unos años existe el proyecto Turismo con Ciencia, que plantea hasta una decena de rutas temáticas con las que ofrecer una experiencia singular a los turistas que visitan Andalucía, basada en el conocimiento científico y sus aplicaciones al patrimonio artístico, cultural y natural. Se trata de un proyecto que cuenta con financiación de la Junta y que es promovido por la Fundación Descubre, que precisamente esta semana organiza su tercer foro con el objetivo de consolidar esta actividad y poner en contacto a científicos y divulgadores con el sector turístico para que ambas partes comprendan la rentabilidad de esta oferta.

El turismo científico genera un círculo virtuoso donde muchos pueden ganar. Así, potenciar este tipo de viajes y visitas permitiría generar recursos que deberían invertirse en investigar y en divulgar.  Y, al mismo tiempo, impulsar un turismo de calidad, ése que todos buscan en estos tiempos postCovid, que además es sostenible, otra de las palabras mágicas de la nueva era. La ciencia permite encontrar soluciones y aplicaciones para proteger e impulsar ese patrimonio natural, cultural y artístico que los guías explicarían a los turistas. Y así se cerraría un círculo perfecto capaz de generar riqueza, aportar valor y ayuda a crear conciencia.

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