La aldaba
Carlos Navarro Antolín
Una nueva Sevilla en altura
La vida ya es lo bastante dura como para que no disfrutemos de una de las necesidades, diaria e imprescindible, del ser humano, alimentarse. Como respirar, tenemos que comer a diario y si de esa placentera necesidad logramos hacer unos momentos de disfrute, eso que ganamos.
Comprendo que normalmente la mayoría de las personas no tenemos tiempo todos los días para ir al mercado y cocinar detenidamente, ni dinero para disfrutar a diario de nuestros buenos bares y restaurantes favoritos. Por eso tenemos que hacer de cada una de esas ocasiones un momento especial, que nos alegre cuerpo y mente, que no sea un cumplir el trámite de llenar la panza, que sea eso que los cursis llaman ahora una "experiencia gastronómica".
Acabamos de pasar las pompas y ceremonias de las fiestas navideñas, con esas comidas de empresa y familiares, con esas reuniones de amigos… Siento al que le haya tocado al lado en una de esas ocasiones aguantar la turra del vegetariano/vegano de turno contándole las excelencias de la quínoa y las semillas de chía. O la cara contraída de la cuñada "convertida" que se dedica al proselitismo animalista en redes, poniendo cara de asco mirando tu brazuelo de cordero o tu solomillo relleno en el plato y diciéndote con la nariz contraída: "Aggg, cuñao no sé cómo te puedes comer eso". Tú pasas, pero te jode la cena. Eso sí, la tía no para de pelar gambas a la velocidad de una desmotadora mecánica -¿Y las gambas no son pobres animalitos? -le dices con sonrisa socarrona, mientras te pasa el brazo por la cara para llegar a la bandeja de las patas rusas con la boca llena.
Justo antes de las fechas navideñas a los jipis de La Sexta se les ocurrió emitir un programita sobre el alcoholismo, donde los muy (pongan aquí el adjetivo que les plazca) se dedicaron a demonizar el vino como "droga". Más allá del perjuicio a un producto fundamental de la cultura mediterránea, sagrado desde la Antigüedad junto al trigo y el olivo, demuestran un desconocimiento absoluto de la Ley española que define al vino como un ALIMENTO, y cito el apartado e) del párrafo 2 del Título 2 (Definiciones) de la Ley aprobada y publicada en el BOE de 10 de Julio de 2003: "Vino": es el alimento natural obtenido exclusivamente por fermentación alcohólica, total o parcial, de uva fresca, estrujada o no, o de mosto de uva. En la misma Ley, en su párrafo inicial se dice que: El vino y la viña son inseparables de nuestra cultura.
Todo ello en su justa medida, naturalmente, igual que podemos disfrutar de conducir un Ferrari sin tener que vendarnos los ojos. No hay mayor placer para un paladar educado que disfrutar de una comida bien elaborada con productos frescos y de calidad, en un entorno refinado, con buen servicio y con vinos adecuados y, por supuesto, en buena compañía.
La buena mesa es un acto social, no un hecho individual de subsistencia. Como dice el chef Slowik, personaje magníficamente interpretado por Ralph Fiennes en El Menú (película que no deben perderse): "¡No coman! Aquí no se viene a comer, se viene a degustar, deleitarse, sentir". Feliz y venturoso 2023 lleno de buenos vinos y ricas viandas.
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