Cuando esto acabe

Si los pronósticos se cumplen, en cuestión de un año habrá que volver a reinventarse

Dentro de poco nos tocará volver a cambiar. Somos animales de costumbres y sabemos cómo hacerlo, por lo que no cabe asustarse. En un año nos hemos habituado a que nos traigan la comida a casa; a ver los estrenos del cine en el televisor; a las videoconferencias como método para fisgonear las casas de los compañeros de trabajo; a nuestros familiares más cercanos con los que no habíamos pasado tanto tiempo desde la niñez; a considerar el paseo de nuestras mascotas el mejor momento del día; a las mascarillas, el gel, Fernando Simón y a distinguir entre las vacunas de Pfizer, Moderna y la de AstraZeneca. Y ahora que nos hemos convertido todos en expertos mundiales en pandemias, derrotado el virus en cosa de meses, tendremos que volver a vivir como lo hacíamos antes y a recuperar un mundo que ya hemos olvidado. Y no será fácil, no. Porque tendremos que regresar a los temas de conversación de antaño. Eso dejará en nosotros un vacío, y habrá que recuperar otros asuntos de los que nos hemos olvidado en exceso en estos tiempos del Covid.

Por ejemplo, las conversaciones con los compañeros en la oficina, esas en las que quejarse y criticar provocan tanta unión ocasional, ya no serán lo mismo tras descubrir el pésimo gusto de algunos decorando sus hogares. Volveremos a elogiar series que nadie ve, pero que defenderemos como si se trataran del Santo Grial y un antes y un después del sector audiovisual. Todo para mantener nuestra reputación como expertos, aunque de verdad de lo que nos hemos enganchado durante la pandemia sea de los culebrones turcos. Planearemos viajes y discutiremos con los cuñados de turno si es mejor Berlín o Amsterdam, ciudades en las que él nunca ha estado, pero de la que es experto conocedor. Regresarán a nuestras conversaciones las anécdotas, los amoríos y sus muchos trucos; y hasta la crítica política, económica y social a nuestros gestores, más por sus resultados que por su dureza o laxitud ante los confinamientos. Por lo tanto, si los pronósticos se cumplen, en cuestión de un año habrá que volver a reinventarse. Propongo hacerlo con lo mejor de ambos mundos. Quedémonos con la digitalización que nos ha traído el Covid y con los abrazos que antes nos dábamos. Recordemos siempre a quienes nos dejaron, y encaremos lo que vendrá con el ánimo de participar en la construcción del futuro más que en simplemente heredar el pasado. Igual, quien sabe, hasta esta vez nos sale mejor.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios